Se rompieron los cristales
Se rompieron los cristales
ensordecedoras las explosiones
el frío de la noche se calentaba
por las llamas de los alrededores.
El humo, negro como el tizón
los cascotes volando por los aires
como todos los días al amanecer
tras la alarma para resguardarse.
Ya no suenan los ruidos de los aviones
ya vuelan silentes en la oscuridad
para que al alba tengan su llegada
con sus bombas llenas de odio y ambición de poder.
No, no les importan las vidas
eso no tiene algún valor
son simples daños colaterales
según sus oscuras mentes malditas.
Una madre, hasta el hastío
el niño en su regazo, asustadizo
un libro en las manos
de flores en pleno campo.
A su lado unos versos
que las flores van alabando
sus perfumes, sus colores
el hipnótico vaivén al ir soplando el viento.
El niño, tal como la madre va leyendo
va simulando el movimiento
al son de la brisa helada que entra por la ventana
agarrado a su hermoso pecho.
Pecho, ya semi seco
día a día se va secando por falta de alimento
destruido por la ambición de unos pocos
la sangre y el sudor de muchos pagan el precio.
Ella, la madre, canta de vez en cuando
como si afuera nada hubiera pasado
se ven las llamas, el humo
los derrumbes de vez en cuando...
Sigue el odio avanzando afuera
el amor dentro va calando.
Toni Oliver
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