viernes, 20 de abril de 2018

Déjame que entre en tu mente


Déjame que entre en tu mente

Déjame que entre en tu mente
que en tus adentros penetre
para saber lo que sientes al verme
también cuando me tienes ausente.

Mírame a los ojos
rastrea a tu antojo
de las lágrimas verás el surco
dejado con el desgaste a su paso
cuando en ti pienso y no me haces caso.

Entra directamente hasta el fondo
hasta que mi alma desnuda veas, sin tapujos
para que entiendas mis sentires profundos
de ahí esos surcos en los ojos.

Ciego, a veces tropiezo
con tu figura, sentires tiernos
otras, ausente, muy lejos
ni sentires ni otros cuentos.

Cierro los párpados
apareces de frente en lo oscuro
brillando como el sol un día claro
mas te desvaneces cuando los abro.

Déjame que entre en tu mente...

Toni Oliver

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas?
Sí, de aquella sonrisa
en las nubes camuflada
sí, esa que sobre nosotros volaba
mientras mirábamos como se deslizaba.

¿Te acuerdas?
Se escondía detrás de las oscuras nubes
parecía tímida, pero luego salía
sí, brillante con esa sonrisa aumentada
con el sol que entre sus labios se colaba
formando ese haz de luz que nos deslumbraba.

¿Te acuerdas?
Parecía que nos hablaba
a veces hasta de nosotros se burlaba
viendo como nos revolcábamos sobre la paja
toda mojada y de barro empapada
con nuestras caras embarradas.

¿Te acuerdas?
Cuando después de la fuerte tormenta
esa que vino con las nubes negras
empapándonos, buscando las gafas
ella, con toda su risa burlona
viendo como nuestra ropa secaba.

Vino a verme de nuevo, esa risa burlona
estaba ahí arriba, se cachondeaba
yo tirado ahí en el charco lleno de agua
alguien, del plátano, tiró su cáscara
yo, medio cegato, sobre ella patinaba.
Seguía con su risa, no paraba...

Toni Oliver