jueves, 13 de enero de 2022

En la estación

En la estación

En la estación
esperando el tren del aprendizaje
camino sin retorno, siempre adelante
a lo lejos, el vapor de la máquina
anunciando su llegada
el típico pito enderezaba el vello
el chillido de los hierros mientras frenaba.

Pasajeros al tren chillaba
un uniformado vigilante que controlaba
a la gente que subía y bajaba
y del tren su buena marcha.

Emprendió poco a poco el viaje
a todos lados y a ninguna parte
lo que se aprende no tiene lugar válido
sino que se mantiene a buen recaudo
en ese lugar secreto del alma
donde lo bueno y lo malo se guarda.

La primera lección entre montañas
soltad la basura de vuestros adentros
ese tren tiene demasiada carga
para cargar con lo inútil que estorba la marcha
todos, por la ventana, soltando el lastre
dejándolo atrás lejos del horizonte.

Atravesamos la gran pradera
todo parecía en calma
hierba verde, bella
bailando al soplar de la brisa
las mariposas bailando esa flor es mía.
Parece calma, pero es la vida
escucha el sonido de la cascada
agua salvaje rompiendo contra si misma
el ganado que devora la hierba
las hienas esperando que algo decaiga.

Así día tras día, sumando experiencia
aprendiendo de la vida misma
no hay prisa para el final de la ruta
nuestra misión es nuestra andanza
la semilla que recogemos, la que dejamos
los recuerdos que nos llevamos
los que en las mentes y corazones grabamos.

Toni Oliver

Dejaste las manos, los brazos

Dejaste las manos, los brazos

Dejaste las manos, los brazos
socorriendo al universo
para salir del lodo
que la vida te va metiendo.

Ahora, los buitres y los cuervos
vigilando tus despojos
cuerpo débil, destartalado, flojo
vuelan en círculo en el cielo.

En cada vuelo se van acercando
como una espiral que fuera bajando
espada de Democles pendulando
con su filo bien afilado.

Mi espada, que la lucha ha mellado
la busco palpando donde alcanzan las manos
los ojos me están fallando
pero sólo moriré luchando.

Si a mis restos le queda tiempo
esa espada iré afilando
mientras la de Democles va bajando
matando primero el miedo.

Intento respirar hondo
para el coraje ir recuperando
luchas por la vida hasta el último respiro
aunque mi mente esté dudando.

Si vencen los buitres y los cuervos
de nada de lo hecho me arrepiento
aunque me autodenomine tonto
la conciencia tranquila dejo.

De la espada sale el brillo
con los rayos de sol sus reflejos
las alimañas se van cegando
cayendo en su propio vuelo...

Toni Oliver