Las manos, esas desconocidas

Las manos, esas desconocidas

Las manos, esas desconocidas

hablan más en silencio que la misma boca

toda una vida cuentan, sin mentiras

se ven a simple vista.

Desde los callos, las venas

de trabajar en el campo, las grietas

las del herrero, llenas de heridas

o las del albañil, ya sin huellas.

Manos de sol a sol trabajadoras

acabando despellejadas

saltando los callos de una pieza

dejando el hueco que abandona.

Luego vienen esas manos finas

como si fueran de cera

que se derriten con el calor de las velas

de no dar palo al agua en la vida.

Curiosas las manos, sus caricias

armas blancas al igual que la navaja

según se usa, así serán los horrores o delicias

no es el arma quien mata, sino quien la usa.

Sigamos el rastro de las venas

auténticos ríos de sangre roja

de sentimiento, pasión, como el agua 

marcando el cauce que se sacrifica.

Toni Oliver

Pinturas de Alex Ausenta