lunes, 21 de marzo de 2022

Qué sería del poeta...

Qué sería del poeta...

Qué sería del poeta...
Si nadie leyera sus poemas
si sus versos se perdieran 
entre el vacío de la nada.

Malditos entre los infiernos
entre corazones silenciados
entre olvidados abrazos ignotos
o esos besos jamás dados.

Cómo podría llamarse poeta...
Si sus versos no brotan en el aire
como la música de una orquesta
vibra el cuerpo al escucharla.

O esos versos tan sentidos
por el silencio desaparecidos
con el pasar del tiempo
en la tierra de los sin recuerdos.

¡Dejad que diga en versos! 
Lo que siente su corazón
aunque la mente no le de la razón
en ese mundo sin sentido del amor.

Lo que ve su mente abstracta
en el mundo de traición y farsa
juegos malabares de las guerras
no sólo las que se hacen con armas.

¡Dejad que sueñe!
En ese mundo perfecto
donde nadie es mejor
que cualquiera que le sea ajeno.

Ese mundo de amor
el del respeto y la comprensión
donde valga más un abrazo
que en el mundo todo el dinero.

Utopías...
Ya lo sé, pero dejad que sueñe
por si se pierden sus sueños
y calen en los cerebros
de los humanos existentes.

Toni Oliver

¿Qué hay debajo de esas sedas?

¿Qué hay debajo de esas sedas?

¿Qué hay debajo de esas sedas?
Ese misterio transparente
de quien imagina, abre la mente
mil historias inventadas.

Más... ¿Realmente que hay?
Un cuerpo sintiente
donde los sentidos afloran
incluso sentimientos incongruentes.

Una caldera que arde
no ya con el roce físico
sino sólo con el pensamiento 
esa impaciencia por algo diferente.

Pelea entre lo incierto
lo imaginado y “lo perverso”
entre la realidad y el deseo
sólo pensarlo, la piel se va erizando.

Curiosamente
arde la piel arde el cuerpo
mientras éste tiembla
los dientes con su tirititeo.

Y ¿Qué fue de esas sedas?
Esas de color negro
que dejan entrever el cuerpo
mientras la mente imagina...

Se desplazaron despacio
acariciando la piel 
como si fueran tiernos dedos
que desnudan tu pasión
al tiempo que el propio cuerpo.

Acabando en el suelo
expuesta al universo
desnuda, incluso de mente
al corazón la locura le va invadiendo.

Toni Oliver