jueves, 27 de abril de 2023

Tras las cortinas del silencio

Tras las cortinas del silencio

Tras las cortinas del silencio
hechas de fina seda del incierto
un mundo oscuro, negro
el corazón en tus manos
mirándolo, mirándolo
como si no fuera el tuyo
como si para ti fuera un  sortilegio.

En uno de sus latidos
de par en par abriste los ojos
sonreíste con tus bellos labios
otros que estaban mirando
de ellos se enamoraron
tus ojos, ya abiertos, brillaron
la bella magia del universo.

Dos sonrisas se enamoraron
se rompió el silencio
aunque sin palabras hablaron
ni en la mejor enciclopedia hay tanto diálogo
como el que salía de dos labios mudos
cuatro ojos destellando
rezumando ese amor esperado.

Toni Oliver

Pintura de Franck Sastre



Sólo quedó el rastro

Sólo quedó el rastro

Sólo quedó el rastro
de esa sangre derramada sin sentido
quizás por un varonil macho
siguiendo los dictados de su ego
muchas vidas destruyendo
para alimentar el absurdo
de un, ya no ser, sin cerebro
autómata en los malos tratos
sistemático a diario...

¿Quién es capaz de entender esa sinrazón?
Por más que pienso, por más que pienso
sólo llego a la conclusión de que nada entiendo
bulle la sangre por dentro
como una olla a presión
al ver cuan inútiles tales hechos
acabando la vida en un momento
tras un largo trecho de sufrimientos
a mansalva miedos.

Y mira que lo intento
tanta inútil violencia no entiendo
sus manos se ha manchado
mas de ella, la suya, en el suelo ha dejado
desparramada, como un río rojo
de vida ahogada por simples celos
por los fantasmas de sus sueños
esos de grandeza, pero etéreos...

Toni Oliver

Pintura a dos manos por Franck Sastre y Asunción González



Unos ojos

Unos ojos

Unos ojos
cruzados por el calor de la ardiente arena
medio día en pleno Siroco
el rostro tapado a cal y canto.

Sofocante el calor
minúsculas partículas de fuego
impulsadas por el viento
clavándose en los ojos.

De noche, la piel como el hielo
bajo las estrellas del cielo
para ver la luna se pelean los párpados
de frío se quedan ciegos.

Piel curtida como el hierro
a golpes de vida y fuego
tras su turbante y la chilaba
se esconde un gran misterio...

Toni Oliver

Pintura de Franck Sastre



Te encontré

Te encontré

Te encontré
pensativa, tu rostro entre tus manos
una maraña de pensamientos
fluyendo por tus ojos
esas pupilas azules sobre blanco
esos labios de besos deseosos.

Intenté entras en tu cerebro
cuanta intriga, cuanto misterio 
quizás pensando en el amor
tal vez, todo lo contrario
o esa ilusión que se va escapando
como los pájaros que se van volando.

Hablando de vuelos
te veo volando hacia el cielo
sobrevolando las nubes hacia el infinito
nave espacial, sin cuerpo
viajando en el vacío
ummm, una lágrima veo cayendo.

Toni Oliver

Pintura de Franck Sastre 



Maullando

Maullando 

Maullando estaba el gato, en algún lugar impreciso, quizás sobre los tejados, buscando apareamiento, esos maullidos muy parecidos al de los niños llorando. De vez en cuando se encendían las luces de las ventanas adyacentes intentando aplacar esos maullidos con ruidos extraños.

Se sumaron a la fiesta los ladridos de varios perros, indeterminado el número ni la posición, pues entre la noche y tanto jaleo se convertía todo en uno.

Buen concierto para una noche de verano, de esas que necesitas reconciliar el sueño y no hay forma, te piensas que has empezado a dormir y empiezas a escuchar esos niños llorando desesperados, pero don, esos gatos en su ceremonia de apareamiento.

A veces uno desearía mejor que hubiera algún “Pub” o Discoteca cerca, por lo menos uno podría bajar a tomar algo y no aburrirse hasta desesperarse dando vueltas en la cama, mirando el despertador, hay que levantarse temprano, el trabajo no perdona, y si no trabajas te quedas en paro, sin casa, sin comida, y sin todo. Pasan las horas y sigue el animalístico concierto, perros, gatos, seguro que las ratas están aplaudiendo el espectáculo desde la mejor terraza donde se contemplan los músicos, iluminados por la luna llena, encendida allá en pleno cielo. A veces parece,a l pasar alguna nube por delante, que se pone un velo de seda y guiña un ojo a esos ratones que tan bien se lo están pasando sin tener que huir a la carrera ante esos músicos, ahora entusiasmados son sus aullidos, ladridos, adulados por los aplausos, quizás con un poco de orden se podría confundir con el arte flamenco de las palmas, pero reconozco que todavía no están lo suficientemente entrenados, no pasan de malos aficionados.

En el piso de arriba, se escuchan movimientos de muebles, golpes sin ton ni son, por un momento pienso que algún fantasma está removiendo toda la casa para asustar a sus inquilinos, pero no, al rato se escucha unos golpes metálicos acompasados rebotando en la pared, uno, dos, tras, cinco, diez minutos, por fin, un descanso...

Poco duró, al poco tiempo las sirenas de las ambulancias, policía, bomberos y no sé que más, un lío de sirenas y luces azules y naranjas, gente con botas, lo digo por el ruido de sus pisadas, subiendo a toda prisa por las escaleras.

Tocaron a la puerta de manera desesperada, ¡Abran, abran, policía, bomberos! Abrí la puerta, vestido con la sábana, de sudor toda mojada, sólo me dio tiempo a coger las llaves. Me vi en una masa de gente que bajaba corriendo, otros no habían tenido la suerte de agarrar algo para taparse, desnudos tal como vinieron al mundo, poco importaba, decían que se había incendiado el edificio en la parte de arriba, desde abajo no se notaba nada...

Ya en la calle, el piso de encima del mío ardiendo, los bomberos con sus escaleras, muy justas para llegar hasta el séptimo piso, intentando con sus mangueras apagar dicho fuego... Como sucedió, ni idea, salvo que con tanto movimiento y insistencia, con la cama hicieran contacto con los cables y se incendiara... 

Esperaremos al amanecer a ver que cuentan los periódicos, ahora la información es nula, sólo llamas por la ventana.

Toni Oliver