jueves, 28 de abril de 2022

Gracias, Vida

Gracias, Vida

Gracias, Vida
sí, te las doy
aunque a veces te haya odiado
muchas cosas me haya negado
palos a mansalva me haya dado
con parte de mi salud te has quedado
hasta de mi corazón un trozo te has gastado.

Sí, gracias
me has hecho más fuerte 
como el buen acero me has forjado
aunque tantos golpes no entendiera
con el tiempo los voy descifrando
hasta llevo ya más vidas gastadas
que las de varios gatos.

Sí, gracias
por enseñarme que no hay futuro ni pasado
sólo el presente es real
lo demás no existe, mera ilusión
el pasado se acabó, ya no está
el futuro jamás existirá
antes presente se hará, y se disfrutará.

Sí, gracias
por hacerme empático
sentir el dolor y la alegría de los demás
comprender las formas de pensar
aunque con la mía no coincidan
por enseñarme a respetar, aunque no sea respetado
por enseñarme a amar, aunque acabe escaldado.

Sí, gracias
todo suma, lo bueno y lo malo
este último es imaginario
para entender lo bueno
ambos son complementarios
nada son el uno sin el otro
aunque me cueste entenderlo.

Toni Oliver

Vida de ermitaño

Vida de ermitaño

Vida de ermitaño
No eludiendo la realidad
pero apartándola
para que no te consuma 
hasta la totalidad.

Es necesario tomar distancia
también duele hacerlo
vida o muerte de nuestro cerebro
tanto atosigo no es bueno
es necesario respirar a tiempo.

Egoísta me llaman
más bien realista
que sabe que la distancia
y en ella se ve mejor
la perspectiva de la lejanía.

La cercanía de los sentimientos
arrullando el cerebro
no deja pensar con lógica
para hacer lo correcto
no lo mandado por un gobierno.

Toni Oliver

Siente el pasar

Siente el pasar

Siente el pasar
de esos dedos que la piel erizan
dejando un cosquilleo en la piel y el alma
convirtiendo el mejor acero en cadenas
al moverte, suenan como campanas
en esa mente excitada
el frío, el calor, congelan y queman
de las sensaciones, el ying y el yang
quedando en esa piel invisibles marcas
muy, muy adentro grabadas
que sólo con el pasar del aliento se activan
en la oscuridad de esos ojos que no ven nada
pero sienten la más mínima brisca de brisa
que se mueve con mi parpadeo sobre ella
como un huracán en plena tormenta
vértigo al subir por esa espiral
con destino incierto hacia las alturas
ya en el Olimpo de los sentidos, esas cadenas
tintinean, como los hierros en los carros sobre piedras
acercándose desde la lejanía
mientras el cuerpo más y más se excita
entrando en ese Nirvana
que pocos consiguen esa cita en vida.

Toni Oliver