lunes, 13 de marzo de 2023

Sentí

Sentí

Sentí como si me hubiera sentado en un hormiguero de millones de hormigas de cabeza roja, como se movían sobre mi piel, cual ejército bien entrenado, sus afamadas cabezas, dientes bien afilados, silentes como ninjas, dejando sus marcas cual catana manejada por el mejor maestro del arte grabatorio, fiel pluma de mejor escriba, grabando, como si a fuego fuera, cual imaginación a la deriva, a su paso, el hipnótico veneno que mi mente obnubila, dejándome inmóvil ante la procesión del sábado noche viendo como las ceras, de mil colores, van pintando el decorado para el paso de esas hormigas, ese paso, con sus marcas infinitas grabadas sobre el asfalto de blanca piel, al despertar, si sienten en el tacto, como un sueño realidad ha tornado, como el tornado de sensaciones que junto con el corazón palpitan, de esas hábiles y tiernas manos.

Toni Oliver

Permíteme divagar

Permíteme divagar

Permíteme divagar
entre colores imperfectos
vuela mi mente
una rana alucinógena
posada sobre una roca
mirando como esas divagan
se difuminan en una madre
que a sus retoños abraza
con la ternura de una abuela
la seguridad de una gallina clueca
que cubre con sus propias alas.

Todo en un mar azul en calma
con las nubes difuminadas
en el cielo de las incertezas
el de ahora sol, ahora nada
del mar otras rocas
surgidas de las profundidades
como las del pensamiento 
nuestra mente y sus recovecos
problemas imaginarios
convertidos en reales.

Se ve, como en un sueño
en que nada es real 
sin ser nada mentira
se difumina la mente
hasta que nada recuerda
sólo el vaivén de las ideas
perdiéndose en la ínfima distancia del tiempo
que del absurdo se recrea
o quizás no tan absurdo
sino realidad disfrazada
de inciertos ciertos
mentiras sin engaño
o, tal vez, todo lo contrario.

Quién sabe que es verdad 
quién sabe que es mentira
quien sabe si sólo imaginación
tal vez distracción de la realidad 
o distorsión perpetua 
quién sabe, quizás, tal vez...
Y yo que sé.

Toni Oliver

Dormida estaba la guitarra

Dormida estaba la guitarra

Dormida estaba la guitarra
pero mucho soñaba
sus notas entre los sueños sonaban
aunque fuera fantasía
feliz ella se hallaba
en ese mundo sin habla 
donde las palabras eran miradas
esas que todo lo decían.

No, no había mentiras
ni tan siquiera farsas
no, eso no existía
simplemente ojos que brillaban
entre rostros fluorescentes de noche y de día
aunque la luz no alumbrara
pero sí, esas mudas miradas.

Toni Oliver

Mil colores diversos

Mil colores diversos

Mil colores diversos
el mundo de los pensamientos
aliado con los sentimientos
el calor que emana de dentro
las llamas parpadeando hasta el infinito
recorriendo todo el cuerpo
como si fueran dedos
quizás labios
quien sabe si el mismo diablo
las llamas avivando
ese cuerpo de mil colores pintado
pincel maquiavélico
quizás sea un mundo raro...
¡Pero es tan bello!

Toni Oliver