martes, 24 de mayo de 2022

Me revolvía

Me revolvía

Me revolvía
entre las olas de mi gran tormenta
olas fantasmales, dragones infernales
con sus ruidos de cadenas.

Con la música intentaba calmar
esas olas rebeldes, sin par 
sonaban esa notas
que entre las gotas y la brisa se perdían.

Mi pelo, despeinado, de locura
me miran las impenitentes almas
mientras danzo sobre las aguas
revueltas como mis pensamientos e ideas.

Los mil dragones sus fauces me enseñan
colmillos en llamas soltando flamas
les miro a los ojos, música
que las fieras amansa.

En un asalto de sus colas
salto por los aires, como gotas
fundiéndome en la tormenta
hasta convertirme en ella.

Y ahí estaban esas fieras
los temidos fantasmas
pero yo era la fuerza
la que destruye o calma.

El gran tornado puse en marcha
los fantasmas con sus sábanas
los dragones con sus cadenas
dando vueltas y vueltas.

Atrapados en el tornado y sus vueltas
expulsados por la fuerza centrífuga
desarmados de sus miedos como balas
desaparecieron bajo la lluvia.

Seguía sonando la música
mientras llegaba la calma
la que mi mente necesita 
para escribir mis palabras.

Toni Oliver

Te miro a los ojos y veo

Te miro a los ojos y veo

Te miro a los ojos y veo
un inmenso jardín de flores
coloridas, bellas, únicas
hasta la hermosura de tu alma
que brilla sobre todas las flores
como diamantes tras la lluvia.

Y tú al verme
mirándote obnubilado
me preguntas que miro
a lo cual te respondo
la belleza más inmensa
en ese jardín imaginario.

Sí, en que en tus ojos nace
en cada parpadeo
tanto el tuyo como el mío
si bien yo ya tengo los ojos secos
porque parpadear no quiero.

Quiero perderme
entre rosales y brezos
mil arbustos, mil pensamientos
de mil colores diversos
sentir ese perfume en mi cuerpo.

Sentir ese aliento
que al soplar el viento
me va embriagando
con la magia del sonido
al vibrar tu cuerpo.

Mira como se mueven las amapolas
frágiles, tiernas, con su rojo intenso
esas gotas al alba de rocío
el sol dibujado ahí dentro
con sus brillos y destellos.

Todavía me preguntas
porqué a los ojos te miro
si cuando lo hago ni parpadeo
me tiembla hasta el cuerpo 
y las mariposas con sus revoloteos.

Toni Oliver

Vino a verme la soledad

Vino a verme la soledad

Vino a verme la soledad
nos miramos a los ojos,
cara a cara
como si quisiéramos sacarnos las palabras
sólo con la mirada.

Comprendimos que ella era Soledad
y yo estaba solo
pero ya no estábamos solos
nos contamos mil batallas
nuestras penas, alegrías...

Entre lágrimas y sonrisas
llegando a nuestras entrañas
ni ella era tan mala como la pintaban
ni estando yo con ella tan triste como parecía
un dúo perfecto, sin melancolía.

Quizás lo que digo no entiendas
te suenen a tonterías
pero yo conmigo y mi soledad
tengo tanta tranquilidad
que me quedo lleno de felicidad.

Dudo que puedas comprender ni una palabra
no es un castigo la soledad
es una elección de vida
son simples momentos que hacen falta
aunque los demás los dediques a quien lo necesite.

Después, te vuelves a juntar
con esa personita que yo llamas
en el espejo, sin palabras
te dedicas una sonrisa
por tu calma y tranquilidad.

Toni Oliver

Los niños en la comuna

Los niños en la comuna

Los niños en la comuna
los juntaron con los viejos
vaya locura de encuentro
encantados los niños
mucho más los viejos.

Contáronles cuentos
historias de un pasado
casi siempre olvidado
con sus ojos ojipláticos
boquiabiertos.

Cada uno sus batallitas
un pozo sin fondo
de cosas nuevas desconocidas
la pasión con que son contadas
en los labios siempre una sonrisa.

Entre y entre participaban
en las clases de esgrima
con los bastones de madera
mientras sus golpes sonaban
su rostro brillaba.

Otra idea de los viejos locos
sus carreras de dentaduras
juntando del comedor todas las mesas
apartando las sillas
al fondo... Un bombón de chocolate.

Se sacaron sus dentaduras
haciendo chasquear los dientes
abriendo y cerrando
como el del come cocos
el del vídeo juego.

Ahí estaba esa emoción encerrada
liberada por esos niños olvidados
en la carrera, cada uno a su paso
corriendo sobre las mesas desesperados
hasta que el bombón quedó masticado.

Quieren jugar los niños
si les damos las dentaduras nos denuncias
de la cocina, guantes negros
colocados en sus manos
el bombón al final, al otro lado.

Comenzaron esos niños
frenéticas carreras
moviendo sus dedos como dentaduras
hasta alcanzar el bombón esperado
vítores, aplausos para el que ha ganado.

Por los jardines toca paseo
en el centro, una fuente con patos
sobre la hierba verde los pájaros
buscando las migajas como alimento
mientras nos lo agradecen con sus cánticos.

Aprendieron los mirlos
a repetir las frases, como los loros
robaban las palabras a los viejos
repitiéndolas a su antojo
entre el silencio y el canto de los pájaros.

Se apercibieron los niños
afilando el oído
para entender sus palabras
acabando en carcajadas
cuando algún viejo los estaba callando.

A golpe de campana 
el café en la mesa colocado
para los niños el colacao
unas magdalenas humeantes
las cucharillas tintineando...

Por cierto, a los padres ni mu
no sea que se vayan enterando
del cachondeo que se están montando
los niños y los viejos
con sus juegos alocados.

Toni Oliver

Colores sobre el lienzo

Colores sobre el lienzo

Colores sobre el lienzo
de los pinceles sus rasgos
esa invencible imaginación
no me olvido de esa sonrisa en tus labios.

Junto con otro loco
de viajes indómitos
el aire como retrato
el flequillo que le deja medio cegato.

Dicen que tienen un proyecto
tiembla el mundo, terremoto 
no sabemos si libros o cuadros
o un conjunto ni imaginado.

¿Qué será, será? Le pregunto al viento
me contesta con un soplo helado
expulsado sobre mi rostro
me ha dejado congelado.

Puesto a imaginar, imagino
la arena del desierto
ardiente como el fuego
mirando las montañas, hielo.

Un alud las laderas recorriendo
en un plan alocado
bajando en el tobogán del incierto
entre saltos y rodando.

Una idea que da miedo
como ese alud va creciendo
se imagina a lo lejos
pero rápido, rápido va aterrizando.

Toni Oliver

Amarse a uno mismo para poder seguir amando

Amarse a uno mismo para poder seguir amando

Nos dedicamos a los de más, pero no nos dedicamos a nosotros, por lo que vamos creando un déficit en nuestro interior muy grande hasta el punto en que ya no damos para más.

Nos olvidamos que para dar hay que tener, no podemos dar amor si no tenemos para nosotros, primero hay que cargar esa batería de amor en uno mismo.

Algunas gentes pensarán que es egoísmo, pues no, tampoco amor propio, aunque algo sí que es, es una necesidad de subsistencia, para uno mismo y para la familia que lo envuelve.

Ánimo y adelante con esa valiente decisión quien decida tomarla.

Que no se piense el mundo que es un recurso fácil, todo lo contrario, pero su es una necesidad urgente. 

Toni Oliver