domingo, 3 de abril de 2016

Descansando en mi hamaca

Descansando en mi hamaca

Descansando en mi hamaca un golpe sobre mi cuerpo me asustó enormemente saltando de ella al suelo como si un rayo me hubiese dado. Sobre la hamaca un libro con tapas marrones y muy antiguas, me mataba la curiosidad de su contenido. Por cualquier parte de sus páginas lo abro, mientras leo de este mundo desaparezco mientras me traslado a mundos por mi no descubiertos, batallas, amoríos, tensiones y pasiones. Se me eriza el vello mientras voy leyendo todas esas palabras escritas.

Tiempo ha que la hamaca he abandonado sumergido con mi mente en un viaje, no se como describirlo, pues al mismo tiempo que estoy en una parte del universo me desplazo por la mente de sus personajes como si fuera ellos mismos, tanto es así que de lo único que me preocupo es de vivir el relato que estoy leyendo sin preocuparme de si es real, o ficticio, sólo siento lo que leo hasta tal punto que lo vivo.

Navego por el mar gris, revuelto por olas inmensas, nos sumergimos por entre las aguas como cuchillos cortándolas, al poco aparecemos sobre una enorme cresta volando sobre las olas al tiempo que caemos al vacío deslizándonos por las enormes y altas laderas de agua esperando sumergirnos de nuevo dentro las aguas para resurgir de nuevo.

Una y otra vez repitiendo la misma aventura, mas ninguna es igual a la otra, cada una con sus detalles. Mientras el fuerte viento sigue soplando impidiendo que podamos poner más velas para seguir avanzando aun ritmo adecuado. Ya uno de los mástiles se a roto quedando mal pertrechos.

Por la mente pasan mil y una historias, desde que saldremos de esta airosos, hasta las peores situaciones posibles imaginadas, otras por algún superviviente contadas, más el mal tiempo nos vuelve a la realidad de la navegación, hay que seguir luchando y batallando, en algún momento este temporal amainará y podremos relajarnos un poco...

Sigue la nave con sus vaivenes, volando por entre las nubes, los truenos y relámpagos bajo su quilla,  a todo trapo hacia las estrellas, sopla en viento de popa, tanto por babor como por estribor sólo estrellas, lejos ya esa tierra con sus alegrías y pesares, una pequeña mancha azul, allá a lo lejos, muy lejos.

Una enorme fuerza nos atrapa, todo oscuro, arriamos las velas para no romper los aparejos, una fuerza centrífuga nos va moviendo, la piel del estómago pegada en la mismísima columna vertebral, un nudo en la garganta que casi ni respirar nos deja.

Ni las velas alumbran en la cubierta, imposible deslizarse por ella a alguna parte, la fuerza centrífuga te mantiene pegado a la banda agarrado a lo que primero que la mano ha alcanzado...

El fuerte sol que atraviesa las palmeras se posa sobre mi rostro, me despierto, pues casi la piel me está quemando, no filtran esas palmeras al anochecer los rayos. Abro los ojos, mientras entre mis manos un viejo libro, entrecerrado con uno de mis dedos entre sus hojas...

No recordaba tener este libro entre los míos. ¿De dónde habrá salido?...

Toni Oliver

Rojo Rubí

Rojo Rubí

Rojo rubí
en tus ojos reflejas
como el carmín en tus labios
la sangre en las venas.
Como el rubí brillan tus ojos
al ver brotar esa sangre
que brota a borbotones
de ese latente corazón
incendiada la pasión
por el rojo de tus labios
esa penetrante mirada
cómplice sonrisa inesperada
marcando la piel y la mente
como a fuego grabada.

Toni Oliver

Atrapado y atado

Atrapado y atado


Atrapado y atado
incapaz de soltar de ti mi mente
hundido en la incondicional entrega
todo mi cuerpo y mente en tus manos he dejado.
Se eriza todo el vello de mi cuerpo
sólo pensando que todo tuyo soy
mi cuerpo, mi mente, mi confianza en ti he dejado.
Siendo el poder de tus manos y tu mente
tus palabras junto con la mirada
siéntome como tuyo, esclavo de tus pensares.

Toni Oliver