sábado, 20 de mayo de 2023

Volvió la neurona

Volvió la neurona

Volvió la neurona
la que los poemas escribía
me contaba que conocer mundo quería
escapándose como una niña.

Viajó en el tiempo
hasta los tiempos de Tarzán y Chita
se encontró con Jane, su amiga
encima del árbol, en su casa.

Los conoció en sus aventuras
saltando con las lianas
de árbol en árbol, como si no pesaran nada
sin que el suelo se pisara.

Estuvo con Julio Verne
en su gran viaje a la luna
con el capitán Nemo en el fondo del mar 
incluso viajó al centro de la Tierra.

Hasta en la cabeza de Espronceda
con cien cañones por banda
viento en popa a toda vela
su subió al carajo en turno de vigía.

Con Miguel de Cervantes
de su pluma pasó al Quijote
con su escudero Sancho Panza
en la cabeza del Hidalgo era la voz de Dulcinea.

Con Sócrates aprendió
que no sabía nada
excusa muy apropiada
para sus momentos de asueto.

Ahora vuelve a estar en mi cabeza
alocada con el barullo que ahí halla
nada nuevo, así antes estaba
ahora, pensando en nuevos versos.

Toni Oliver

Perdí esa neurona

Perdí esa neurona 

Perdí esa neurona
la que me escribía los poemas
ahora, silente divaga
por donde lo hacen las estrellas.

Empecé a buscarla
en doquier que se hallara
nadie de ella sabía nada
se la había tragado la tierra.

Pregunté a las otras neuronas
sí, esas, sus compañeras
no entienden su ausencia
ni tampoco el que desapareciera.

A pleno pulmón intenté llamarla
no me salían las palabras
las lágrimas no me dejaban
y su alguna salía se entrecortaba.

Miré al cielo, una extraña luz aparecía
no era una estrella, ni la luna, ni un cometa
era un brillo que con palabras no se describía
de manera extraña se paseaba.

Sus movimientos no respondían a la física
saltos imposibles en la distancia
ahora aquí, ahora allá
millones de kilómetros entre ambas.

A mis poemas me recordaba
a veces sin ton ni son en sus palabras
otras cambiando la secuencia
hasta la frecuencia de la rima.

Ahí estaba ella
entre las estrellas
se identificaba en sus formas
me saludaba.

Le devolví el saludo entre alegría y pena
alegría por su vuelo a la libertad
pena por su ausencia
una lágrima me caía por la cara.

Toni Oliver