lunes, 6 de septiembre de 2021

Me acerqué al árbol

Me acerqué al árbol

Me acerqué al árbol
para saborear su sombra
al verme tan fresco
cerca de su tronco
me dijo, en silencio,
abrázame, quiero sentir tu corazón.

Lo abracé con fuerza
hundiendo mis brazos en su corteza
me mejilla pegado a su tronco
respirando despacio
al ritmo de su savia
mi cuerpo se relajaba.

Mi mente, extrañada
con la oreja pegada
el viaje de la savia escuchaba 
el corazón del viejo árbol latía
madera embrujada
del suelo, sus raíces, vibraban.

Con su corteza en mi pecho
mis piernas, mi mejilla
grabada como si fuera a fuego
en mis labios una sonrisa
me deslizaba hacia el suelo
sombrilla con sus hojas.

Al cielo miraba
sólo viendo las hojas
que sombra me daban
algún rayo de luz se colaba
mi espalda al tronco pegada
recogiendo vida para mis andanzas.

Toni Oliver

Te ofrecí mi corazón

Te ofrecí mi corazón

Te ofrecí mi corazón
lo despreciaste con descaro
el mío estaba vivo, latiendo
se escuchaban los latidos a lo lejos.

Preferiste uno de peluche, bello
sin vida, muerto
con su piel de terciopelo
sin latidos, sin besos.

El mío, cargado de sentimientos
herido por tu desprecio
poco a poco se va entristeciendo
guardando silencio.

No quiere despertar tu sueño
mientras das todo tu cariño
a un objeto inanimado 
dándole los besos que me vas negando.

Te ofrecí mi corazón
de esos que laten con amor
pero no era de tu preferido color
lo cambiaste por un simple objeto.

Toni Oliver

Vértigo, pánico

Vértigo, pánico

Vértigo, pánico
al tomar consciencia de la realidad
verme en un lodazal
donde a cada paso de mi vida
aumentaba sin piedad.

Ya, con el lodo al cuello
ahogándome entre mis pensamientos
entre rendirme o poner un poco más de esfuerzo
el imposible o ponerle remedio
mi mente un ovillo a los pies de una manada de gatos.

Cierras los ojos
respiras hondo antes de que te alcance el barro
de la mismísima nada te ves saliendo
sólo tienes que ir tu mente calmando
e ir moviendo los brazos, con cuidado.

Abres los ojos
tu pecho fuera ya del lodo
hay que seguir soltando
el lastre que de barro te está hundiendo
ardua tarea, pero lo irás superando.

Que no te importe empezar de nuevo
cuando el lastre hayas soltado
cuanto te mires al espejo
con las manos vacías, irás sonriendo
al ver que lo que tienes ya es todo nuevo.

Empiezas a vislumbrar un futuro
ahora que levantas la cabeza del suelo
de donde cada día te ibas hundiendo
ahora, brilla el sol bajo el cielo
y a ti los ojos, antes ya muertos.

Toni Oliver