miércoles, 16 de diciembre de 2020

De repente

De repente

De repente
en un abrir y cerrar de ojos
vi a ese pequeño mocoso
pelo rizado, color de oro
ojos abiertos, espabilados 
esperando el tren en la estación
en la espalda un palo 
con un pañuelo anudado
con mis pertenencias que ahí había juntado.

Zapatos rotos, no había otros
en el andén esperando
aquella máquina que echaba fuego
que llegaba con el silbido chillando
de sus entrañas mucho humo 
y yo la aventura imaginando
subiendo a las entrañas del dragón
que poco a poco iba avanzando
por su camino de hierro.

Viajando en el tiempo
la aventura de vivir con los abuelos
ahí en el campo
sin la tortura del colegio
ni las broncas que en casa me iban echando
un paraíso, todo nuevo
con mis amigos los perros
las vacas, gallinas y gatos
la comida hecha al fuego...

Por la ventana del vagón iba mirando
como posaban los postes del telégrafo
correteando por los pasillos
que en los asientos no aguantaba sentado
pidiendo los billetes el revisor
aquel señor con gorra de plato
su maquinita de hacer agujeros
su rostro siempre serio
como si nunca hubiera amado...

Toni Oliver

Quisiera entrar en esa mente

Quisiera entrar en esa mente

Quisiera entrar en esa mente
rellena de pensares enmarañados
para encontrar la punta del ovillo
desliando esa maraña
que tu misma te has criado.

Te revuelves como gata salvaje
entre pensares y más pensares
sentimientos y sentires
hasta que sueltas la lucha
dejando al tiempo que haga el resto.

Navegando entre las aguas turbias
cayendo al vacío desde lo alto de la cascada
interminable ese tiempo y vida
acabándose en un momento
contradictorios sentimientos.

Mas debajo de la cascada
suele haber la calma
donde la mente no piensa en nada
saboreando el placer de la caída
arrastrada por el agua.

Agua y sentires
dos caras de la misma moneda
agua por fueras
sentires en las entrañas
esa oscuridad de tus cavernas.

Momento de luz
aparecidos de entre la nada
entre hilo y hilo del ovillo
en medio de la inmensa maraña
la montaña rusa que sube y baja.

Toni Oliver

Dioses malvados

Dioses malvados

Dioses malvados
hechos a la forma del hombre
con sus alegrías, vicios y enfados
castigadores cuando no es obedecido
muchos dioses entre griegos y romanos
muchas historias entre si es bueno o si es malo
pero si un día un humano
le da por pensar un rato
nada entiende de lo que le han enseñado
nada tiene lógica, todo parece inventado
para controlar a otros humanos
inculcando el miedo
al desastre mandado...
¿Y eso que decían que era amor...?
¿Cómo va a querer un dios el mal de su creación?
¿Porqué tiene que mandar sufrimientos y dolor?
¿No sería mejor amor y cooperación entre humanos?
Pero no, el amor lo dejamos de lado
si se destruye su creación es porque está jugando o inventando
lo del sufrimiento es porque te hace más fuerte
y lo de la cooperación lo convierte en odio...
Dioses malvados
sin sentido os han dejado
vuestros creadores humanos
en pos de mantener al resto subordinados
y en nombre tuyo castigados...
Sentido no le veo, ni lo encuentro
salvo que todo sea invento humano
que es lo que la lógica viene mandando.

Toni Oliver

Divagaciones políticas a cualquier hora del día o de la noche. 16/12/2020

Divagaciones políticas a cualquier hora del día o de la noche. 16/12/2020

Primero voy a poner un cuento, que seguro todos sabemos, pero sirve para ilustrar mis divagaciones

Pedro y el lobo: Una historia para reflexionar

Érase una vez un joven pastor al que llamaban Pedro que se pasaba el día con sus ovejas. Cada mañana muy temprano las sacaba al aire libre para que pastaran y corretearan por el campo. Mientras los animales disfrutaban de su libertad, Pedro se sentaba en una roca y las vigilaba muy atento para que ninguna se extraviara.

Un día, justo antes del atardecer, estaba muy aburrido y se le ocurrió una idea para divertirse un poco: le gastaría una broma a sus vecinos para que se llevasen un buen susto. Entonces, se subió a una pequeña colina que estaba a unos metros de donde se encontraba el ganado y comenzó a gritar a viva voz:

– ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Ayuda, por favor!

Los habitantes de la aldea se sobresaltaron al oír esos gritos tan estremecedores y salieron corriendo para ayudar a Pedro y espantar al lobo. Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando llegaron a donde se encontraba y encontraron al chico riéndose a carcajadas.

– ¡Ja ja ja! ¡Os he engañado a todos! ¡No hay ningún lobo!

Los aldeanos, enfadados, le riñeron, dieron media vuelta y regresaron a la aldea.

Al día siguiente, Pedro regresó con sus ovejas al campo. No hacía más que mirar las hierbas, las nubes y a las ovejas así que empezó a aburrirse otra vez sin nada ¡Qué largos se le hacían los días! Así que decidió que sería divertido repetir la broma de la tarde anterior, a fin de cuentas, se había divertido mucho.

Subió entonces a la misma colina y cuando estaba en lo más alto, comenzó a gritar:

– ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Necesito ayuda! ¡He visto un enorme lobo atemorizando a mis ovejas!

Pedro gritaba tanto que su voz se oía en todo el valle. Un grupo de hombres se reunió en la plaza del pueblo y se organizó rápidamente para acudir en ayuda del joven. Todos juntos se pusieron en marcha y enseguida vieron al pastor, pero el lobo no estaba por ninguna parte. Se acercaron y entonces, vieron al joven riéndose a carcajadas.

– ¡Ja ja ja! ¡Me parto de risa! ¡Os he vuelto a engañar! ¡ja ja ja!

Los hombres, realmente indignados, sin apenas contener su ira, regresaron a sus casas. No entendían cómo alguien podía gastar unas bromas tan pesadas y de tan mal gusto.

El verano llegaba a su fin y Pedro seguía, día tras día, acompañando a sus ovejas al campo. Las jornadas pasaban muy lentamente y necesitaba entretenerse con algo por hacer.

Una tarde, entre bostezo y bostezo, escuchó un gruñido detrás de los árboles. Se frotó los ojos y vio un lobo que se acercaba sigiloso a sus animales. Con gran susto, salió corriendo hacia lo alto de la colina y comenzó a gritar como un loco:

– ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Ayúdenme! ¡Ha venido el lobo!

Como siempre, los aldeanos escucharon los gritos de Pedro, pero creyendo que se trataba de otra mentira del chico, siguieron con sus faenas y no le hicieron caso. Pedro seguía gritando desesperado, pero nadie acudió en su ayuda. El lobo se comió a tres de sus ovejas sin que él pudiera hacer nada por evitarlo.

Y así fue cómo el joven pastor se dio cuenta del error que había cometido burlándose de sus vecinos. Aprendió la lección y nunca más volvió a mentir ni a gastarle bromas a nadie.



Hasta aquí el cuento, ahora la realidad política, que se parece mucho a la del cuento.

Pero, como en todo, algo ha cambiado, ya no es el pastor que chilla "qué viene el lobo", no, ahora son los mismos lobos vestidos de cordero, y no uno, sino todos. Con la intención, no de gastar bromas, sino de comerse a los corderos, tras la desidia y el aburrimiento de tanto aviso.

¿Pero no habéis notado algo importante en este cuento?

"Todos quieren vivir de los corderos" Desde el pastor hasta los mismísimos lobos.

Sólo para reflexión:
Lobos= Políticos, de cualquier partido
Corderos= pueblo.

No hagáis mucho caso, sólo son divagaciones de un simple ciudadano a cualquier hora del día o de la noche.

Toni Oliver