sábado, 21 de agosto de 2021

Entre pelea de besos

Entre pelea de besos

Entre pelea de besos
abrazos descontrolados
sentí como clavabas tus dedos
en la piel de mi espalda
sacándola en jirones
dejando surcos de pasión
quizás descontrolada
o... Quien sabe, descontrolada.
El dolor, entre alboroto y silencio 
aniquilado por un momento
el latir del corazón aumentando
el cuerpo y la mente ardiendo
ya ambos ciegos
los dedos cada vez más apretando
el sudor va resbalando
como una cascada, cayendo al vacío
para acabar buscando de nuevo
esos fervorosos labios
que acaban mordiendo
dejando los dientes clavados
en los puntos cardinales, los cuatro
acabando en el centro del universo...

Toni Oliver

Reflexión

Reflexión

Reflexión
¿Qué derecho tenemos?
A entrometernos en la vida
y la casa de otros países
para hacer lo que siempre se ha hecho
arrasar sus riquezas
dejarlos como un desierto
dejar los ríos y tierras
de rojo teñidas con la sangre del pueblo
sembrando el odio entre este
prometiendo un mundo mejor
mientras se va despellejando
la gallina de los huevos de oro
que, orgullosamente, han conquistado.

¿Qué derecho tenemos?
A enseñar un mejor mundo
sobre un espejo pintado de colores
un jardín de falsas flores
un cielo de estrellas de neón
la tierra llena de alimentos
sin mostrar el precio
ni el oro que unos pocos están haciendo
con el sudor y la sangre de falsos libres
no sea que vean lo esclavos
en que los han convertido
a sabiendas que en cualquier momento
cuando la gallina de los huevos de oro
fallezca por falta de alimento
los dejarán en manos de los cuervos
buitres y otras aves de mal agüero.

¿Qué derecho tenemos?
A prometer un falso futuro
si las promesas no les mantendremos
mas bien todo lo contrario
enseñaremos a los vividores hambrientos
a esclavizar al pueblo
retrocediendo mil años en el tiempo
donde el derecho a la vida es un simple cuento
el de pensar y hablar una sentencia de muerte
como se diga algo diferente 
a lo que digan los que de poder están hambrientos...

Toni Oliver

Me engañaron

Me engañaron

Imaginé haber leído 
que un camino de rosas
aparecería en la calle
la de mis andares.

Craso error
crecieron los cardos borriqueros
con sus pinchos bien afilados
como navajas de barbero.

Si asomaba una rosa
la asfixiaban son su sombra
hasta que se encorvaba
sobre el suelo secada.

No temí pincharme con las rosas
asumía el riesgo, es su esencia
a cambio su perfume, su belleza
la verdad bien vale la pena.

Pero los cardos...
por el sol resecos
quizás de estructura algo bellos
como alfileres en la piel se van clavando.

Tienes que avanzar
no te puedes quedar parado
pies y piernas van sangrando
ni en el horizonte se van acabando.

Quizás, como un espejismo
las rosas en algún claro
asomen como un pequeño lago
con su perfume, su color, su frescor.

Toni Oliver