domingo, 17 de octubre de 2010

Érase una vez...

Érase una vez unos empresarios que sólo se daban cuenta de que su empresas no eran competitivas y daban la culpa a los trabajadores de ello y cuando comparaban su competitividad con otros países más reforzaban la idea de que la culpa era de los trabajadores.

Antes que nada pedir disculpas por generalizar e incluir de este modo a algunas empresas y empresarios que sí saben llevar una empresa y saben que los trabajadores no son los culpables de sus males y que los clientes son unos amigos colaboradores a los que hay que mimar y mantener.

Vamos a ver algunas diferencias entre las empresas españolas y las del entorno europeo con la que se nos compara.

En España, si una empresa no funciona la culpa es de los trabajadores o de los clientes, no de los empresarios.

En el entorno, si una empresa no funciona se analiza lo que falla, sea lo que sea y sin prejuicios y luego se actúa.


En España, Llega un trabajador y le dicen ahí está tu puesto, trabaja.

En el entorno, Te vamos a preparar para tu puesto, cuando estés preparado lo ocuparás.

En España, Te dicen hazme esto o lo otro y ya está, búscate la vida para hacerlo.

En el entorno, hazme esto y aquí tienes todo lo necesario para ello, incluso la información por escrito si hace falta.

En España, el cliente y los trabajadores son los enemigos del empresario y, en cierta manera hay que estafarlos para que yo me llene más los bolsillos.

En el entorno, El cliente es un amigo que hay que mantener y el trabajador otro con el que hay que trabajar juntos en las verdes y en las maduras.

En España, Se machaca al trabajador para que sea más productivo y trabaje más horas, consiguiendo el efecto contrario.

En el entorno, se mima, se anima, se incentiva y lo que haga falta para que sea más productivo y esté a gusto con la empresa.

En España, al cliente y al trabajador se pacta una cosa y se le da lo que que le da la gana, que siempre es menos de lo pactado.

En el entorno, se pacta algo y es lo que se le da, no menos, pero a veces, sí más.

En España respecto a la formación, si quieres formación te la pagas y lo haces en fuera del horario, aunque la ley diga que tiene que hacerse en horas de trabajo o la mitad en horas de descanso y la otra mitad en horas de trabajo. A todo esto le sumamos que con el horario partido te pasas todo el día en la empresa resulta casi imposible el hacer cursos de reciclaje.

En el entorno: Te exigen la formación y te dan las facilidades pertinentes, incluso te pagan los gastos que ello conlleva.

Además quisiera recordar que los trabajadores españoles que fueron a Alemania a trabajar siempre fueron muy bien respetados por su competencia a la hora de trabajar, pero allí tenían lo necesario para ello, infraestructura, organización, formación, etc.


Y podría seguir con las diferencias, pero me paro aquí.


También habría que recordar a los empresarios que una empresa se aguanta sobre dos patas y cualquiera de ellas que esté en mal estado la empresa cae y se rompe.
La patas de la empresa son los clientes y los trabajadores, téngalo en cuenta.