miércoles, 13 de octubre de 2021

Deja que aprenda

Deja que aprenda 

Deja que aprenda 
esa música que hace vibrar el cuerpo
al pasar los dedos
renazca en mi alma
al tiempo que en la tuya vibra
la vibración de los sentimientos.

Deja que aprenda 
a mover los labios y lengua
junto con mis pulmones
logrando la inmersión
en el lago de tus pensamientos
desbordando los míos hasta el infierno.

Deja que aprenda 
al escuchar como respiras
lo que dice tu cuerpo
aún contradiciendo la lógica
la de tus palabras ilógicas
las verdades de tu averno.

Deja que aprenda 
hasta que sea yo la misma nota
la que suena, la que vibre, la que se toca
la resonancia de ambos cuerpos
como resuenas en mis pensamientos.

Toni Oliver

Pensamientos filosóficos a cualquier hora del día o de la noche. 13/10/2021

Pensamientos filosóficos a cualquier hora del día o de la noche. 13/10/2021

¿A qué llamamos demonios?
A la malicia humana inspirada en la vagancia, para vivir de los esfuerzos de otros utilizando el miedo y la venganza.

Quizás, tal vez, a todas esas mentiras inventadas por la esa malicia humana en nombre de la bendición, buscando tu arrepentimiento hasta de lo que no has hecho, de un absurdo que se sale de todo entendimiento y muchas cosas más que ya no cuento...

O acaso, a estos demonios que se nos remueven el alma, nos hacen arder hasta las entrañas elevando nuestras pasiones al infinito, llevando nuestro placer por todos los derroteros prohibidos, infinitos...

Me quedo con estos últimos, son los buenos. 

Toni Oliver

Cruzaste el rayo de sol

Cruzaste el rayo de sol 

Cruzaste el rayo de sol 
que por la ventana entraba
con tu mano desnuda
con la otra sujetabas la guitarra.

Vibraron las cuerdas
como lo hacen las hojas del árbol
al soplar de la brisa
tras la entrada del otoño.

Las notas volaban
como el canto de los pájaros
en el aire se va esparciendo
llegando a vibrar hasta el alma.

Luego, como por arte y misterio 
acompañaste a tu mano
quedándote bajo el rayo
dulces y alegres tonos dorados.

Cambiaste las notas
el corazón se iba calentando
al calentar del sol 
cobraban vida los recuerdos.

Tanto que hasta los fantasmas
junto con sus almas salieron
danzando juntos
el vals de los infiernos.

Mas no el de los fuegos
el del ardor del corazón
vivo de nuevo como una nota al cielo
vibrando con las cuerdas a su son.

Toni Oliver

Te acercaste a mi

Te acercaste a mi

Te acercaste a mi
tu cara pintada de payaso
blanca con negros trazos
pero tus ojos...

Tus ojos a través de tu mirada
nombraban la melancolía, tristeza
como las fichas del ajedrez sonaban
al caer dentro la caja.

Hasta el sonido de la tapa
rozando madera entre madera
el corazón latiendo a despedida 
el caer de las lágrimas.

En tu rostro
se desmaquilla la pintura
formando los surcos que deja la vida
como cañadas bajando de la montaña.

Abajo, bajando por la papada
el valle, su río, el agua 
con el pasar del tiempo se transparenta
viendo en el fondo las redondeadas piedras.

A veces entre ellas
los ricos tesoros del alma
bellos colores afloran
alguna de ellas dorada.

Como diamantes brillan 
esos valores invisibles que te realzan
con tus hechos te distinguen, abrazas
te rejuvenecen, en tus manos, esas caricias.

Cuando sobre la piel pasan
se estremecen las entrañas
devolviendo la sonrisa
tras todas las penas y batallas.

Toni Oliver

De súbito

De súbito

De súbito
me encontré volando
sobre una flecha con destino incierto
a meced del viento.

El aire, helado
tropezando sobre mi desnudo pecho
erizando sin remedio mi vello
el cuerpo temblando.

Al caer la tarde cerré los ojos
viendo desde otro ángulo el firmamento
las estrellas me guiñaban con sus párpados
esos ojos brillantes como faros.

La flecha en una nube se convirtió
sintiéndome entre algodones liviano
como un pájaro en su vuelo
entre capas de aire planeando.

La nube en lluvia se convirtió
en una gota mi cuerpo
con mi corazón latiendo
sobre la tierra cayendo.

La reseca tierra mojando
convirtiendo la gota en vapor
rico perfume su olor
a pura vida oliendo.

Con mis hermanas en niebla me convierto
regando hasta el aliento
que tras la salida del sol 
crece la planta en que me estoy volviendo.

Verde, hojas grandes, una flor
belleza perfecta, un aguijón
 mi néctar absorbiendo
dulce miel en el panal, un oso...

Sigue la transformación...

Toni Oliver