Vi un laberinto ante mí
Vi un laberinto ante mi
no le hice mucho caso
me miré al espejo
ahí estaba de nuevo
con una diferencia
este era el mío.
Así somos los seres humanos
vemos el difícil camino
hacia el interior de otros
pero no somos capaces
de mirarnos al espejo
y ver el gran laberinto que ponemos.
Quizás el día que lo quitemos
al igual que las caretas y corazas
armaduras de acero
otras de miedos no resueltos
simplemente, fluyamos hacia el amor
sin estereotipos ni otros juegos.
El día que dejemos las expectativas
veamos con los ojos de adentro
no con los de una ilusión sin sustento
sino con esos que mira el corazón
sin importarle nada más
que lo que ve y está sintiendo.
Llegará ese día
cuando nada busquemos
simplemente sigamos el absurdo camino
que nos marque el corazón
en acuerdo o desacuerdo con el cerebro
luego abrazaremos ese amor.
Toni Oliver
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