lunes, 3 de abril de 2023

Pensamientos filosóficos a cualquier hora del día o de la noche. 04/04/2023

Pensamientos filosóficos a cualquier hora del día o de la noche. 04/04/2023

Nos enseñaron a vivir por y para los demás, pero... Y para nosotros... Ahhhh, de eso no nos dijeron nada. 

No, aprender a vivir la vida propia y no la de los demás, no, no es egoísmo, es por donde se debe empezar.

Después cuando ya vivimos nuestra vida, nos queremos, nos amamos, podemos repartir, en ese momento si tenemos para dar.

No nos enseñaron que para dar primero hay que tener, hasta ahora nos han dicho que hay que dar, pero si no como vamos a dar, por eso lo que damos es nada y lo que pensamos que es un favor o simplemente un acto de dar no es recibido, pensamos que somos buena gente, y lo somos, pero no se percibe, pasamos sin pena ni gloria.

Nos pasamos toda la vida viviendo por y para los demás, nos olvidamos, como he dicho antes, de vivir nuestra vida, por y para nosotros, cuando ya llevamos mucho tiempo haciendo lo primer nos damos cuenta, como dice la canción de Julio Iglesias, de que “me olvidé de vivir”. Sólo hay un pequeño problema, ya nos queda muy poco tiempo para aprender a vivir y ser nosotros mismos, luego vienen las prisas y nos perdemos el disfrute de vivir por vivir corriendo intentando acapararlo todo lo que en muchos años no hemos hecho.

Eso es sólo a modo de reflexión y a ello os invito. La solución está en las manos de cada uno.

Toni Oliver

De entre las olas

Dedicado a todos esos marinos que entre las olas han dejado su vida para alimentar la vida que en tierra les aguarda.

De entre las olas

De entre las olas
donde la vida acaba
nace la prosa entre las tristezas
de quien buscaba llevar algo a casa
se lo tragó la tormenta
si bien su vida a ella se acostumbraba
desde tierra al zarpar la barca
mira con melancolía
como de la costa se aleja
sin saber si retornará a esa tierra
o acabara entre las profundidades de las aguas
entre delfines y ballenas.

En la tormenta, en la calma
se mira la lejanía
pensando donde fue su alma
volviendo a la melancolía
a sabiendas, entre penas
que para ese retorno no hay vía
quizás algunas lágrimas
cayendo por las mejillas
secarlas, levantar la cabeza
y volver a su propia vida.

El mar seguirá
el alimento nos proporcionará
pero también nos cobrará
con algo sin precio, la vida
esa que ya no retornará
las profundidades como tumba
alimento de otras vidas...

Toni Oliver

Me atrajo

Me atrajo

Me atrajo hacia ella
como si fuera una gran aspiradora
una luz potente succionadora
no, no era a mi, era a mi mente.

Podría pensar que era su cuerpo
no, no lo era y eso que es preciosa
sus curvas, tampoco, y eso que las tiene muy bellas
su desparpajo, quizás, pero tampoco era.

Entonces, que es lo que me atrae de ella
es como una luz que me ciega
mi cuerpo levita, se desliza hacia ella
en doquier la encuentras, se pega...

Cual imán, sin saber que es una gran fuerza
nada entiendo, tampoco de esa inercia
que como en la brújula esa aguja
te marca la dirección de tu carretera.

De rumbo intentas cambiar
da igual, todos los caminos te llevan a ella
el propio viento me cambia la dirección de las velas
sin permiso, por su jeta.

Y sí, de nuevo, repito, me atrajo
como un gran imán
irresistible fuerza magnética
para la izquierda, por la derecha
acabas ante ella.

No, ya no pienso, me dejo arrastrar 
por el fluir de la inercia
que tenga que ser lo que sea
el camino espera.

No, la luz no la veo
pero la siento como un hormigueo
que recorre toda la piel, el cuerpo
mientras el corazón se recupera...

Toni Oliver

La ventana

La ventana

Se ve esa ventana con las luces encendidas, un edificio de oficinas convertidos en apartamentos, ventanales grandes, un hombre dando vueltas y más vueltas de un lado hacia el otro, gesticulando como si se peleara con alguien, que de momento no se ve, ahora se ve con una pistola en la mano, revisando al cargador, sin parar de dar vueltas, no se distingue si le pone el seguro  o no, se la pone en la cintura, sujetada por los pantalones, desde la lejanía no se le ve la cara, parece una persona de unos 50 años, pero difícil de percibir claramente. Ahora sí, una mujer, pelo pargo, casi desnuda, desde mi punto de viste desnuda se ve, pero no con la claridad suficiente para confirmarlo, siguen, ahora ya los dos, dando vueltas, gesticulando, como si estuvieran discutiendo, desde la lejanía no se escucha ni una palabra, sólo los gestos de los brazos y, aparentemente, mueven los labios.

Se acerca ella a la ventana, corriendo los visillos, ahora todo parece como una sesión de teatro de sombras chinescas, se ha atenuado la luz, las sombras se mueven como antes, ahora se han puesto frente a frente, siguen gesticulando, pero sin tocarse.

De pronto el saca la pistola, le apunta a la cabeza, ella deja de gesticular, el, por los movimientos de la pistola, parece que dispara un par de veces, ella cae al suelo, eso es lo que parece ya que desaparece de la escena, se queda mirando hacia el fondo de la habitación, con la cabeza un poco agachada... Ella asoma la cabeza, levantándose agarrándose a los pantalones y la camisa de él. Se miran, ambos miran al fondo de la habitación, con la cabeza un poco agachada, como si alguien, allí en el fondo yaciera en el suelo. Desde mi posición no se escuchó nada, todo lo que veo es desde el silencio, no sale sonido alguno del edificio. Se apagan las luces de la habitación. 

De pronto el silencio se rompe con las sirenas de las ambulancias y de la policía, un ruido ensordecedor, las luces de los apartamentos se empiezan a encender, como si se preguntaran que había pasado... Al igual que aparecieron las sirenas, desaparecieron, volviendo el silencio, las luces de los apartamentos se apagaron de nuevo, todo oscuro, hasta las luces de la calle se apagaron...

Curioso, ahora se ven las estrellas en el cielo, una noche muy oscura, pero ahí están ellas parpadeando, hacía muchos años que no las había visto, para verlas había que salir de la ciudad e irse muy lejos.

Ni idea de lo que ha pasado, pero la noche se ha puesto muy bella, silente, abajo totalmente oscura, sin luna, se distingue la Osa Mayor, también la menor y otras de las que no me acuerdo de sus nombres. Solo, rompiendo el silencio, el ladrido de algún perro que se ha quedado solo, aullidos lastimosos, dando pena, sólo cambiando a ladridos al escuchar los pasos de alguien o de otro perro callejero al pasar por debajo de la ventana...

Toni Oliver

Al final del túnel

Al final del túnel

Al final del túnel tu estabas
con esa sonrisa que me iluminabas
de lejos la veía mientras se diluía la oscuridad 
que mis pasos acompañaba.

Dentro de esta 
como si se corriera una cortina
abriendo el escenario de esa vida
que a veces vivimos a desgana.

Hasta que un día
entre el todo y la nada
hace la luz su apariencia 
iluminando el todo, desapareciendo la nada.

Sí, ahí, al final del túnel ahí estabas.

Toni Oliver