como mis musas se mudaban al infinito
un lugar que en los mapas no está puesto
alejándose con despecho
y mis escasas ideas en sus bolsillos.
Impotente
al ver como se vaciaba mi mente
de cualquier idea inteligente
algún poema salido del corazón, latente
o algún escrito que haga pensar a la gente.
Paciencia
esperando que la imaginación vuelva
el sentir, ese que se siente con el alma
formando indescriptibles palabras
incluso esos versos que llegan hasta las entrañas.
Ilusión
como aquellos tiempos
en que no tenía límites el niño
cualquier cosa, un invento
con el invento, un nuevo juego.
Futuro
no, no existía eso de niño
sólo había un momento
el que se jugaba, el que se comía, o no
el que se estudiaba a golpes de mano.
Recreo
que mejor momento
donde el niño estaba contento
chillaba como un desalmado
desahogaba las mentiras y engaños.
Engaños
donde uno era adiestrado
no para saber, sino para ser esclavo
en un mundo no humano
la humanidad la enterraron en el pozo más profundo.
Toni Oliver