jueves, 17 de noviembre de 2022

Me estás mirando

Me estás mirando

Me estás mirando
como a un esperpento
vale, es que no me he peinado
mis rizos se han ido con el viento
ahora ya no me queda pelo
el peine está alocado
patina sobre hielo
rayas que se van borrando
cuando echan humo
mis raros pensamientos.

Qué ves mis ojos saltando
es que se han quedado secos
humedad van buscando
que lágrimas ya no tengo
volverán, a su tiempo
que ya están algo cascados
sin gafas no ven un carajo
en sus cuencas encuentran su refugio
cuando se cierran los párpados.

Informe, deforme mi cuerpo
qué esperas después de todo lo que ha cargado
una vida a base de palos
alguna alegría también me han dado
para que voy a negarlo
todo deja las arrugas como surcos
como cuando se pasa el arado en el campo
aunque algo viejo, ya con años
no me faltan las ganas de seguir saltando
aunque sea más despacio.

Toni Oliver

Emergió la sirena

Emergió la sirena

Emergió la sirena
desde las profundidades del mar 
quería tomar el sol en pleno día
para su cuerpo dorar y calentar.

Se llenó de energía
resaltando su belleza
sin traje de baño de escamas
sin nada que la tapara.

A lo lejos, su esbelta figura
hipnotizando a quien la miraba
que de mirarla parar no podía
hasta que sus ojos se secaban.

Cuanta la leyenda
que con sus cánticos atraía
a los marinos que sexo anhelaban
tanto tiempo sin tierra toca.

También se cuenta
que al fondo del mar se los llevaba
que quien la veía desaparecía
más si de su canto se enamoraba.

Ahí está ella, yo mirándola 
viejo marino en horas bajas
que su canto escucha desde la distancia...
¿Será verdad la leyenda?

Si desaparezco buscadme bajo el agua
o mejor, abandonad la búsqueda
me quedo con la sirena
aunque me quede sin vida.

Toni Oliver

Se juntaron

Se juntaron

Se juntaron nuestros sentimientos
formando una gran montaña
en su contacto de tiempo
ardieron de pasión inesperada
fuego eterno de vapores eternos
ilógicas locuras alimentando las llamas
mientras la lluvia, desde el cielo
quiere irremediablemente apagarlas
sentimientos de fuego griego
no lo apagan ni las lágrimas.

Toni Oliver