Dedicado al pueblo de Sant Llorenç
Papás Noeles a cientos
montados sobre sus trineos
motores rugientes de acero
sustituyendo a los renos.
Sus rugidos incesantes
atravesando las estrechas calles
trajes rojos serpenteantes
uno tras otro, inacabables.
Sabes pueblo
pueblo de Sant Llorenç
te confieso un secreto
bajo los cascos corrían las lágrimas
algunos momentos como cascadas
pero no eran tristes gotas de agua salada
era la felicidad de ver esas caras
de niños, no tan niños, mayores
hijos, padres, abuelos
sonrientes y felices
dándonos la bienvenida.
Pensabais que algo os regalábamos
pero no, vosotros nos diste el regalo
el de regalarnos la felicidad
con vuestra bienvenida
vuestra sonrisa
esa ilusión donde los ojos brillan
y muchas más cosas
que palabras ya no me salen
sólo una cosa me queda...
¡Gracias Sant Llórenç!
