viernes, 3 de febrero de 2023

¿De qué color son los poemas?

¿De qué color son los poemas?

¿De qué color son los poemas?
Cuando hablan de sentimientos
desnudan el alma
ofrecen la vida eterna
en forma de palabras
música a los pensamientos
que florecen como en primavera
aunque sea en otra época.

¿Acaso hace falta color?
Acaso ponerle piel
con lo simple que es
darse con amor
sin importar color o raza
si de dentro sale
bienvenidas sean las palabras
incoloras, humanas.

Toni Oliver

Entré en la librería

Entré en la librería

Entré en la librería, conocía al librero, tantas tardes que pasaba ahí, ya, son sólo un gesto, le decía que me iba a ver los libros. Angostos los pasillos, no te podías dar la vuelta, pequeña era, no lo niego, pero lo que se encontraba en las estanterías era todo un lujo, libros de todas clases, cada uno con una historia diferente, los ojeaba por encima, leía trozos de ellos, cuanto me hubiera gustado encontrar una buena silla o una butaca para ir leiéndolos y dejarlos de nuevo en la estantería, el presupuesto era escaso, pero las ganas de leer muchas. Claro que preferiría tenerlos todos en mis estanterías, pero había que ser selectivos, lo del a butaca en un local tan pequeño, impensable, se comía la mitad de los metros cuadrados que tenía.
Ya no quedan librerías así, abres un libro y encima ya tienes el vendedor encima, casi no quieren que los toques, sólo que lo compres, la mayoría vienen precintados... Se acabaron esos tiempos, salvo algún resquicio en algún pueblo medio abandonado, como los de ahora, ya apenas les quedan habitantes. La gran mayoría va  para la Capital, luego, con el tiempo, se acuerdan del paraíso que dejaron, quieren volver, pero ya han probado la sociedad salvaje de consumo, un gran dilema, quedarse en la gran farsa que te vende “Felicidad” a cambio de nada pero pagando con muchas horas de tu tiempo y esfuerzo, que luego se tira todo a la basura por aburrimiento, falta de espacio o simplemente porque ha salido uno igual, pero más nuevo, o volver a la dura vida del campo, la escasez de todo lo que “da” la ciudad, o cambiar de filosofía, una vez que has reconocido la falsedad de lo que te vende esa gran ciudad a cambio de vivir en una celda de la gran colmena, o vivir en una casa de piedra, paredes gruesas donde en invierno enciendes la chimenea y se caldea, o esa colmena que sólo te pide que gastes, gastes, gastes, sin ver la naturaleza.

Piensen y decidan, me quedo en la pequeña librería.

Toni Oliver

Sentí la escarcha bajo mis pies

Sentí la escarcha bajo mis pies

Sentí la escarcha bajo mis pies
bajo las alpargatas sonaba crujiente
se cuarteaba el esparto ya abuelete
los pies más parecían un sorbete
no se les notaban, estaban ausentes
el frío acartonaba sus pieles
sí, he dicho pieles
pues a cachos se caían
se escamaban, cual serpiente
mudando su piel
dejando el rastro bajo la escarcha
el dolor de la sangre
al abrirse en cortes la carne
sin zapatos, ni botas, sólo esparto, simple
cardado con las manos desnudas, llenas de cortes
no manos de seda que el acaudalado presume.

Las manos, frías por ausencia de guantes
quizás unos harapos con suerte
que las cubrían malamente
el viento helado, valiente
contra el que va desesperadamente
a trabajar con todo el relente
sobra la escarcha helante
de cara, de frente
sedas en los oídos, en la cara y frente
los cortes de los cuchillos del aire silente.

Los estómagos rugen
como hambrientos leones
en plena selva sin donde hincar el diente
claro, les llaman pobres
cuan insolentes
si los que les llaman son los causantes
de su pobreza, hambre y mala suerte.

Toni Oliver

Se escuchaba

Se escuchaba

Se escuchaba
el trino de los pájaros
bajo la sombra de los pinos
frondosos ellos
bajo el brillar del sol
rompiendo la monotonía del silencio
de los oídos dormidos
la paz y la calma despertando
olvidando los ruidos de los suburbios
angelicales esos trinos
la esperanza te van devolviendo
a encontrar la humanidad del humano
en lugar de la del humano destructivo...
Escuchando los trinos sigo
el alma se me va equilibrando
mientras... Sueño, sueño
aire puro respirando.

Toni Oliver

Sonreía

Sonreía

Sonreía
a pesar de todos sus pesares
de ellos desconecto en su vuelo
por ese mundo donde ves tus adentros
los sientes como el fuego
te iluminas con sus llamas
te calientas en el frío de la mañana
como un abrazo que te levanta
a un tiempo sintiéndote libre y presa
libre de todas tus cadenas
presa de tu confianza.

Toni Oliver