Oro
Cerré los ojos
mirando al sol sin verlo
las imágenes fluían tras los párpados
montañas de oro
cambiando a su capricho
metal líquido
brillante como el mismo sol.
Del metal salió un muro
un portal se abrió
la curiosidad me ganó
la crucé con ilusión
niebla gris y gris oscuro
aparecía por todos lados
disipándose al tocar el oro
volviendo éste a su brillo.
Era como un caleidoscopio
con giros infinitos
cambiando de forma todo
siempre el mismo color dorado
entre ligeras sombras que el brillo iba resaltando
marcando la ilusión
en esa dorada fusión
entre realidad y sueño.
Todo desapareció
realidad al abrir los ojos
las imágenes grabadas en mi cerebro
como cuando juega un niño
con su imaginario caballo
hecho de palo o cartón
o el barquito de papel, su gran velero
o ese avión de papel doblado...
Toni Oliver