martes, 8 de diciembre de 2020

Entre esfuerzos

Entre esfuerzos

Entre esfuerzos
subidas y bajadas
ilusiones, esperanzas
nieve, frío calor
desilusiones y desesperanzas.

Mundo desconocido 
ávidos de descubrimientos
de lugares sólo no hablamos
también de nuestras fuerzas
de nuestros adentros.

Nada es regalado
lo tienes que luchar
con los pies, con las manos
con el cuerpo sudado 
o, a veces, tiritando.

En los pies llagas
las manos agrietadas
labios cortados
piel escarchada
ojos rasgados.

Se hundes los pies a cada paso
la cima se va divisando
escasas las fuerzas, se van recuperando
da la nada las vas sacando
no importa nada, sólo llegar a lo más alto.

Superada la prueba
a la cima has llegado
ahora viene la bajada
peligrosa donde las haya
después de subir vas agotado.

Mas, sigues andando
al refugio vas llegando
en la chimenea fuego
las manos vas calentando
algo caliente al cuerpo vas echando...

Toni Oliver

Reloj de arena

Reloj de arena

Reloj de arena
que el tiempo inventado marca
al caer de sus granos en una esfera
una y otra vez, la eternidad.

Sopló el viento con fuerza
tirando el reloj al vacío
rompiéndose en mil pedazos
la arena había desaparecido.

Cristales rotos
que de arena se formaron
fuego y carbón
en nada ha acabado.

Vuela la libélula
lejos de su arroyo
atravesando el desierto
frágiles alas, calor.

Un oasis en el camino
un alivio bajo el sol 
sus alas cayeron
a la sombra de la palmera.

Del renacer de las sombras
margaritas de alas de libélula 
delicadas como la cera
transformación, belleza.

Sin reloj, sin tiempo
corren los días sin prisas
ni las horas ni los segundos pasan
sólo pasa la vida.

Bajo la luz de la luna
emprende el vuelo la libélula
alas frescas, regeneradas
brillando al ser por la luna iluminadas.

Ébano junto al arroyo
que atraviesa las ardientes arenas
en sus ojos, su mirada
madera tersa , pulida.

Bajo su sombra una parada
un sueño, una sonrisa
acarician las hojas
como si fueran una niña.

Muñeca de huesos rotos
recompuestos por los abrazos
los mimos, un olvidable pasado
del que acordarme no quiero.

Se renovaron las alas
no eran endebles, ligeras
cada vez más fuertes
emprendiendo el vuelo al universo.

Abrió la mente
voló explorando
aprendiendo en cada aleteo 
como aprenden los pájaros.

Abajo los delfines
juguetones, bellos
sus sonrisas en los labios
danzarines saltos.

Patinando sobre las olas
dejándose caer, inertes
remontando las olas de nuevo
un juego aparente.

No hay tiempo
se paró la cuenta
se rompió el contador
la vida es más bella.

Toni Oliver