sábado, 15 de enero de 2022

Corren y gritan los monstruos

Corren y gritan los monstruos

Corren y gritan los monstruos
amenazantes, de sus bocas fuego
mil cabezas chillando
otras mil haciendo el eco
rebotando todas en los muros
de mi calavera de huesos.

Buscas la calma por un momento
aparecen otros más enfadados
no quieren sentirse ignorados
la cabeza va rebotando
como la pelota de ping pong
sin parar, sin descanso.

De tanto estrés pierdes el control 
de tu alma, de tu cuerpo
un mundo exterior inconexo
no entiende nada de lo que te está sucediendo
el infierno sería un cielo.

Te vuelves apático, despistado
un bicho raro, incomprendido
te dicen ve al loquero
éste al verte, te dice, estás loco
tú, aumentas tu desconcierto.

Siguen los monstruos
cada vez más enfadados
a veces algo calmados
para que algo de aire vayas respirando
mientras estás pensando en irte de este universo.

Se busca cazador de monstruos 
aparecen fantasmas del engaño
te hunden en el lodo
diciéndote que ahí estarás a salvo
y tú, con cara de espanto.

Toni Oliver

Me abrazaste

Me abrazaste

Me abrazaste
me transporté al mundo de las hadas
noté que también volaba
volábamos juntos entre las hojas
también entre las ramas
no había cansancio ni frontera que nos parara.

Fuera del bosque, sobre la escarcha
bellos caracoles que paseaban
tomando el sol en la fría mañana
nos confundían con libélulas
de nuestras acrobacias se extrañaban.

Los pájaros de mal agüero volaban
perseguían nuestras alas
ellas, delicadas, coloridas
bajo el sol destellaban
bellos arco iris de formas varias.

Desaparecimos entre el todo y la nada
se quedaron con las ganas
vacías sus garras
sus ojos no entendían nada
miraban y miraban...

Volvimos al abrazo, calentaba
nuestros corazones palpitaban
de una manera muy extraña 
sonaban a música
nuestros labios se besaban...

Toni Oliver

Me visitó la luna

Me visitó la luna

Me visitó la luna
ahí estaba ella, bella, esbelta
silente, atravesó la ventana
toda la habitación llenaba
y no estaba llena, aún le faltaba.

Cruce de miradas
silenciadas las palabras
sólo los ojos hablaban
millones de palabras
sin ninguna que sonara.

Ella, radiante, brillaba
sólo verla cegaba
nos faltaban tantas historias
que contarnos hasta el alba
que tiempo nos faltaba.

Atravesó el techo, se elevaba
guiñándome el ojo en la despedida
ahí estaba ella, esplendorosa
brillando más que las estrellas
de reojo me sonreía.

En silencio nos recorrimos la galaxia
abrazados con la mirada
aventuras a mansalva
el sol, celoso, miraba
con una sonrisa nos despedimos hasta mañana.

Toni Oliver