jueves, 25 de mayo de 2023

Dicen que la tierra está triste

Dicen que la Tierra está triste

Dicen que la Tierra está triste
pero sonríe cada mañana al alba
cuando el sol la calienta
dando vida a su propia alma.

Otras veces llora
bajo las nubes que la ocultan
con ese visillo de intimidad
con sus lágrimas se riega.

Triste sí, por no respetarla
ella de vez en cuando nos avisa
como cuanto hay fiebre tiembla
otras los mares nos vomita.

Pero también alegre está
cuando cada día brilla
con el trino de los pájaros al alba
con la calma que nos dedica.

Otras escupe fuego en forma de lava
necesita limpiar sus entrañas
avisándonos de que tiene heridas
y que arden sus entrañas.

Pide poco, sólo respeto, ella es vida
devolverá nuestras injusticias
del peligro nos advertirá
hasta que de la paciencia acabe sus existencias.

Si, ella está triste
triste porque la maltratan
pero también alegre, porque nos ama
quiere a sus hijos, son si savia.

Toni Oliver

Tu reflejo

Tu reflejo

Tu reflejo asomaba
de entre las aguas misteriosas
saliendo de las profundidades
cual mítica hada, con su magia.

Con la vibración de tu sonrisa
en el lago asomó la marejada
vibraba como si temblara
tu reflejo desaparecía.

Tu cuerpo, mágico, precioso
ondulante con sus formas como las olas
tomando el tibio sol bajo las hojas
que te acaricia con el pasar de la brisa.

Se calman de nuevo las aguas
volviendo a reflejar tu belleza
cual espejo de fantasía
hasta las salvajes cabras miran.

Miran, como las miradas que se ocultan
tras el follaje de ese bosque que las anida
las esconde, pero el sol delata sus pupilas
que destellas cuando los rayos pasan.

Fresca la naturaleza
ese frescor que la piel eriza
apuntando al cielo o las estrellas
moviéndose el vello con el aire que se respira.

El silencio saliente desde las entrañas
describe tu cuerpo sin palabras
con los mudos bullicios del alma
en sus festines entre la calma.

Toni Oliver

Tierra

Tierra

Tierra, nuestro queridísimo hogar
como tontos a nuestro tejado apedreamos
jugando a quitar los cimientos
que como munición usamos
para tirar a nuestro tejado.

Absurdo suena
pero así nos las jugamos
destruimos nuestro hogar
para dinero ganar
pero perdemos todo lo jugado.

Envenenamos el agua
la tierra, los campos, los mares
con los desperdicios de nuestra codicia
mientras ésta nos ciega
y al precipicio nos tira.

No entendemos que ella usará nuestro veneno
para eliminarnos, cual plaga somos
luego, ella siempre lista, recuperará los destrozos
convirtiéndolos otra vez en vida
mientras la nuestra va a servir de abono.

Juguemos a Dioses del destrozo
destrocemos nuestra casa, como lo hacemos
acabemos el el agua potable por capricho
sequemos la tierra para que no nos de alimento
luego lloremos hasta ahogarnos con nuestras lágrimas.

Ya tarde, sin retorno
nuestros huesos pasto para los gusanos
las águilas, los buitres, los cuervos
para el resto de carroñeros
que de su estiércol nacerá el verde prado

Libre ya de parásitos.

Toni Oliver

Apareció la nube

Apareció la nube

Apareció la nube
cargada de furia y rabia
descargó con fiereza
con descaro, sin gracia.

No se pierde nada
humedeció la tierra
que la hacía falta
con ese perfume a tierra mojada.

De mi balcón, las macetas
sedientas, faltas de agua
absorbieron con ganas
todas las gotas a que alcanzan.

Estaban pochas, tristes
ahora saltan y bailan
la alegría irradian
ellas, cada vez más guapas.

Ya se olvida el trueno
el temblor de la tierra
hasta el de las casas
incluso la lluvia desmesurada.

Ese olor a tierra mojada
aviva la esperanza 
a los pies del verano
donde escasea el agua.

Mañana lucirá el sol
quizás pasado
poco importa
ahora está mojado.

En nada se encenderán las calderas
esas del cielo incandescentes
donde el sol achicharra hasta las sombras
y el fresco en su ausencia se halla...

Toni Oliver