sábado, 27 de enero de 2018

El bosque encantado

El bosque encantado

De caminar ya cansado
sin agua ni nada para pegar un bocado
cuerpo agotado por el sol
y el largo camino andado.

Divisé un bosque, a lo lejos
tupidos árboles y frondosos
aparecidos de la nada, como algo hermoso
sin aliento, agotado
poco a poco voy llegando.

A entrar me atrevo
la maleza cruzando
gran barrera se había formado
un poco de esfuerzo, estoy al otro lado.

De la nada un río
fresca agua para un sediento
un poco de descanso
para el caminante agotado.

Pequeños rayos de sol
las ramas atravesando
el bosque iluminando
poco, pero veo por donde paso.

De setas, bosques pequeños
debajo, pequeñas criaturas, nomos
como en la ciudad, de un lado para otro
paso con cuidado, pisarlos no quiero
¡Es tan bello!

Luciérnagas por entre las penumbras volando
sigo su vuelo, me estoy cegando
límpiome los ojos, son hadas bailando
como si magia fuera, me van rodeando.

Verdes los troncos
verde el suelo
el agua corriendo
yo con cuidado.

Me veo con las hadas danzando
nada peso, estoy levitando
luces por todos lados
parpadeando, parpadeando.

Música de fondo
sale de ningún lado
a la vez de todos
cada instrumento en mi oreja tocando.

Danzar no sabía, pero danzo
de música no entiendo
todos los instrumentos estoy tocando
mis manos mueven los dedos
la melodía va sonando.

En un despiste miro abajo
ahí están bailando
sí, todos los nomos
han abandonado sus hongos
actúan como coro
mis lágrimas por mi rostro
como cataratas van bajando
nada entiendo
la felicidad de mi se va apoderando.

¿Será el bosque encantado,
será que estoy soñando
o será que al otro mundo he pasado?

Hambre ni sed  no tengo
nada me duele, estoy flotando
me muevo ingrávido
este bosque me ha embriagado.

Toni Oliver