lunes, 14 de enero de 2019

Se deslizaban los dedos

Se deslizaban esos dedos

Se deslizaban esos dedos sobre la piel
cálidos como la brisa de verano
erizando la piel como el frío del invierno
ardientes como el fuego del infierno.

Su paso es como las hormigas en procesión
de uno a otro lado con pasión
con el sonido de la respiración
que se entrecorta al ritmo del corazón.

A veces firmes, otros temblorosos
recorren los rincones más recónditos
las astillas del alma ya ardiendo
buscando esos labios del averno.

Secos ya los labios
buscando los suyos para hidratarlos
fundirlos en un beso apasionado
que la sin razón tome el control
de ese mundo de ilusión
camino al centro del universo
como si no hubiese más hoy.

Brillan las estrellas con su parpadeo
la luna llena sonriendo
los cometas surcando el cielo
desaparece la noche, amaneciendo...

Toni Oliver