Me convertí en mis sueños

Me convertí en mis sueños

Me convertí en mis sueños

permitiéndome soñar con los pájaros

los de mi cabeza, los de mi cerebro

suenan campanillas a cada paso

los colores cada vez más vivos

brillantes como el mismísimo sol 

por fuera, por dentro

alma, esencia, cambiando mi destino...

Me llaman loco

no saben que a mi locura amo

donde los locos son más cuerdos 

que los mismos locos declarados

en un mundo donde reina la sinrazón

a la razón han enterrado. 

Me quedo con mi niño

ese que a los mayores no hace caso.

Van los colores saltando

como pulgas en los perros

colores bellos

mil formas entre ellos

alegrando los ojos

ya cansados del blanco y negro

entre la niebla del universo

en un mundo totalmente incomprendido.

Toni Oliver

Pintura de Carmen Triol
“EL SOÑADOR”
MEDIDAS
92 x 122 cm.
TÉCNICA
Acrílico sobre lienzo con texturas.

Busco un lugar

Busco un lugar

Busco un lugar

donde la vida no se te imponga

que al nacer sólo encuentras amor

que nadie te enseñe las mentiras

que el sistema impone.

Un lugar donde uno vaya descubriendo

con la sabiduría innata

esa que portamos adentro

sin influencias de lo que queremos

normalmente impuestas por el ego.

Un lugar donde los árboles tengan el valor del oro

estoy hablando de valor, no de precio

donde el amor tenga más valor que un diamante

donde no existe el hambre ni la sed

ni se enseñe a ser esclavo.

Un lugar donde exista la libertad

donde todo no esté cerrada por rejas o muros

donde no se destruya lo que nos da el oxígeno

donde las guerras, el odio, la ambición desmesurada

se hayan borrado de la faz de la Tierra.

Quizás sea una utopía

tal vez una ilusión

es posible que nunca lo encuentre

mientras sigo buscando

también en mis adentros, un lugar casi olvidado.

No olvidemos

que esta Tierra desde lo alto

no tiene líneas fronterizas

las pintamos los humanos

para separar a los de adentro.

Nos las venden por todo lo contrario

para que no entren los de fuera

ahora nos las ponen en el cerebro

grabadas en silencio 

en la algarabía de lo cotidiano.

Toni Oliver