lunes, 6 de mayo de 2024

Como dos luceros

Como dos luceros

Como dos luceros
brillan tus ojos en la noche oscura
alumbrando como faros
avisando de tu presencia.

Azules bajo el sol
como el cielo
reflejándose en el mar 
cual espejo.

Los miras, te obnubilas
te hipnotizas
atrapado en el azul de tus pupilas
en ese inmenso mar blanco.

Navegas sin rumbo
en inciertos círculos
que se convierten en huracán
atrapado en una espiral sin fin.

En el centro de las pupilas
caes al vacío
como si fueran un gran pozo
al rozar los lados la espiral te atrapa de nuevo.

Fuerza centrífuga
sin lugar a pensamiento alguno
la fuerza de un tornado
sin salida alguna.

Quizás llegue la calma
si consigo cerrar los ojos
voluntad me falta
ante la duda sigo con ellos abiertos.

Se me están secando
a veces ya parpadeo
al abrirlos de nuevo
sigo atrapado en ellos.

Toni Oliver

Me encontré con mi barco

Me encontré con mi barco

me encontré con mi barco
compañero de andanzas
entre glorias y tormentas
contemplando las grandes calmas.

Sólo se veía el esqueleto
se percibía su incansable alma
moviéndose al ritmo 
el que se mueven las algas.

Me recordó los pasos 
los de nuestro camino
entre tantas y tantas aguas
la cantidad de puertos en que atracamos.

Su voz renqueaba
rompiendo el silencio del fondo marino
se quejaba de su estancia
ahora con otra vida animada.

Me preguntó 
con su silente voz cascada.
¿Qué es de tu vida?
Sólo veo tu alma.

Mi vida, como la tuya
pereció al acabarse los mares
en los que ambos hacíamos nuestros navegares
hasta el final estruendo...

Estruendo del trueno
tras el rayo que nos alcanzaba
entre el humo todo se resquebrajaba
fin del trayecto, sólo nuestros esqueletos aguantan.

Nuestras almas
siguen navegando
más allá de los mares
incluso de esta Tierra.

Un mundo etéreo
sin fronteras ni cargas
ni tan siquiera la de un cuerpo
que limite nuestros pasos.

Toni Oliver

Pintura de Ada Martínez Rodríguez