Me embriagué
Me embriagué de tu perfume
cuando pasaste a mi vera
aquella mañana de primavera
mezclado con la lluvia.
En los charcos te reflejabas
moviéndote como lo hacía la brisa
con esas pequeñas olas
que deforman la vista.
Me embriagué, y sin botella
ese perfume que llegaba hasta al alma
ni las flores con el suyo lo perturbaban
no puedo apartarlo de mi cabeza.
Los pájaros con sus trinos alegran
esa cabeza mía embriagada
con sus vuelos me desvelan
tras la noche adormilada.
Me embriagué con tus palabras
suaves, tiernas, al corazón llegan
ese, ya loco palpita
sin ton ni son, a su manera.
El viento silba
moviéndose entre las ramas
los agujeros de la puerta
y las rejas del la entrada.
Me embriagué, al ver tus pupilas
mientras los párpados parpadeaban
a pesar de tu mirada fija
me hipnotizaban, hipnotizaban.
Llegó el rebajo de ovejas
tu a un lado, yo al otro, nos separaban
tu te alejabas yo desaparecía
se perdieron nuestras miradas.
Toni Oliver
