miércoles, 9 de agosto de 2023

Caballo interestelar

Caballo interestelar

Caballo interestelar
paseando por el prado de estrellas
como si fuera la Osa mayor 
su perro guardián.

Entre el tintineo de las estrellas
hojas hechas de estelas
tocando una guitarra acústica
enloqueciendo al caballo estelar.

Brinca, relincha
no, no se enfada
más bien de alegría
con el sonido de esa guitarra.

Rompiendo el silencio 
de las pulsaciones estelares
el caballo mira de reojo
danzando al son de sus cuerdas.

Cuerdas que vibran
como lo hace el universo
como el mismo corazón
del caballo y el perro.

Concierto de palpitaciones
haciendo sonar los bajos
por la resonancia de los sentimientos
y la audacia de la imaginación flotante.

A lo lejos se ve su estela
escuchando el alejar de sus cascos
como un eco en su huida
y el recuerdo de sus pasos andantes.

Toni Oliver

Pintura de Silvia Guizzetti



El "number one", Joan Gibert

El “Number One”, Joan Gibert

Entre telas, lienzos
pancartas de cine y otros cuentos
vendedor de ilusiones
da igual si no te hacen falta
él hace que te sean imprescindibles.

Tiempo ha, ya ni me acuerdo
nació un señor, pequeñito
inquieto, revoltoso
se atrevió a ser pintor
fuera de sus tiempos.

Pocos entendían sus obras
siguiendo los pasos
de Dalí, Picasso
rompiendo los esquemas
esos establecidos no se sabe cuando.

Pintó, pintó, pintó
cosas que no entendía la imaginación
la de aquellos tiempos, claro
él, rebelde con causa
pintaba bien, pero le aburría.

Fue adquiriendo nombre
mientras la gente lo criticaba
el con el pincel bailaba
al ton ni son, al ritmo de
una chica yeye.

Pasó de de pinturas sin relieve
las dio vida y tridimensión
yo le añado una cuarta, imaginación
prohibida en todos los tiempo
no sea que llegue la Inquicición.

No, no fue un camino de rosas
más bien el de las espinas que se clavaban
al son de donde sople el viento
su fuerza de voluntad
acompañado con su fuerte personalidad
con su escudo, las espinas sorteó
cual guerrero con su espada y el cerebro.

Él es el mejor, hasta su propio Dios
adorado por su mundo
y otros que no saben de donde son.

Toni Oliver

Me perdí en un mundo de colores

Me perdí en un mundo de colores

Me perdí en un mundo de colores
cráteres burbujeantes
expulsando lava de imaginación
del negro al blanco
millones de colores se van pegando
sobre ese lienzo imaginario.

Nada es lo que ves 
nada es lo que piensas
tu imaginación te juega pasadas
de danzarines con espadas
o los amantes morreándose
escondidos bajo las sábanas.

Aparece la calavera del perro
perdido en el imaginario mundo
de vidas ya pasadas
una mujer, con el pañuelo en la cabeza
su boca abierta el estilo “Grito”
su sonido resuena en las orejas.

Parcelado el lienzo
parcelas falsas 
queso de colores imaginarios
conjunción de los quesos del mundo
juntados con el pincel y la mano
expresión salvaje de una falsa realidad.

Volviendo a la danzarina
recorriendo las rocas
sus agujeros que el mar riega
charcos para chapoteo
se enredan las algas ciegas.

Se enredan o son abrazos robados...
Quién sabe cual es su verdad
lo mismo son besos apasionados
Romeo y Julieta tal vez
sin acabar en la muerte amorosa.

Más bien agarrados a la vida
a veces silenciosa
escuchando los corazones
del resto del universo
acallando el propio, más fuerte sintiendo.

Toni Oliver

Lienzo pintado por Ada Martínez y Joan Gibert