martes, 30 de diciembre de 2014

Al corazón me ha llegado

Al corazón me llega

Al corazón me llega esa rosa
aún con espinas en el tallo
alguna que ya se me ha clavado
más muy adentro me ha llegado.

Esa rosa que desde tu alma me entregas
esa rosa con la que vives y sueñas
esa que al cogerla me pincha
esa que me encanta tenerla.

El mirarte a los ojos
mientras con tu mano me la entregas
esa sonrisa en los labios
mientras tiemblan tus manos
con las mías encontrarse.

Indecisas ambas
escalofríos por todos lados
ambos atolondrados
mudos nos hemos quedado.

Toni Oliver

El Edén

El Edén

Por los jardines del Edén
Adán y Eva vivían
nada sus cuerpos tapaba
desnudos no se sentían.

Felices vivían
disfrutaban lo que podían
de nada se preocupaban
pues nada les faltaba.

El gran ogro
ese que creador llaman
esa felicidad no soportaba
maldijo su estirpe
destrozó su estancia.

A vagabundear por la vida
condenados a errancia
manipulando su cerebro
a no conformase con nada.

Millones de años han pasado
la malicia va ganando
hay que hacer el bien
dicen manipulando
tu sudor te van chupando.

Hasta de tu sangre beben
todo lo que haces es errado
sólo las mentes pensantes
infinito bienestar te han vendido
para cuando ya no estés vivo.

Mientras  de vivo
tu sangre beben como vino
mientras ni agua ni alimento
se gastan para mantenerte vivo.

Toni Oliver

Me reventaba la cabeza

Me reventaba la cabeza

Me reventaba la cabeza
de tanto en nada pensar
todo por ella me pasaba
en nada me podía concentrar.

Por las calles vagabundeaba
sin saber donde mi rumbo fijar
deambulando por todos lados
acabando en un viejo bar.

Sonaba la música del viejo piano
en un rincón del viejo bar
ella ahí estaba con esa melancólica voz
de la que me acababa de enamorar.

Con su fino y largo negro vestido
zapatos de agudo tacón
resaltando esa figura
esa que me enamoró.

Melancólica y agradable voz
mis dolores de cabezo hizo olvidar
sólo a ella la veía
de escucharla no podía parar.

La botella de vino en la mesa
que sorbo a sorbo saboreaba
el vaso no paraba de llenar
al tiempo que el camarero
otra botella traía ya.

Se nublaba la vista
de tanto a a ella mirar
esa silueta dejar  de mirar podía
tampoco dejarla de escuchar.

Ese largo y fino vestido
por encima de su cintura cortado
que al andar de lado a lado
sus piernas no dejaba de insinuar.

De ella me acabo de enamorar
de su cuerpo, de su voz, de su cantar
de ella no me puedo olvidar
de la silla tampoco me puedo levantar
el vino me acaba de ganar.
Toni Oliver