Hay que mimar el jardín
Hay que mimar el jardín
sus plantas, sus flores
cavarlo y sus podas
para mantenerlo frondoso, altivo
verde y regado
para que no se convierta en humo
desapareciendo en el primer viento
sin rumbo ninguno.
Florece, con sus alegrías
colores todos los días
bajo la luz de los rayos
reflejos, destellos
el esfuerzo de un mundo incierto
agradeciendo esos mimos
esas caricias, esos besos.
Al caer el sol
esparce su perfume
mezclados mil y uno
entrando en los pulmones
con toda su fragancia
sonrisa en los labios
en los ojos... Vida.
Toni Oliver
