miércoles, 14 de julio de 2021

Esa mirada por sobre las gafas

Esa mirada por sobre las gafas

Esa mirada por sobre las gafas
levantando la vista del libro 
que con tus manos abrazas
esos ojos azules
zarandeándose como el agua del mar 
mientras esa mirada que habla en silencio
expresando todo y más
por un lado ternura
por otro, aviso, alarma
mezclado con complicidad.

Los labios reclaman
confusión en tu mente
una petición, una llamada
todo sin palabras
sólo intelegible  por ese cruce de miradas
historia personal, como una enciclopedia
cualquier movimiento va más allá
que cualquier extraño pensamiento alieno
a esos ojos que con su mirada lo dicen todo
mudas explicaciones de un infinito.

Esa luz en tu rostro
brillando como un faro
en la oscuridad de la noche
donde abundan los abstractos pensamientos
de los más dulces a los más perversos...

Aparece el poeta ante la luz que le deslumbra 
ciego en la oscuridad entre luces lejanas
Va formando la figura de su mente 
como si fuera de plasma
moviéndose al son de la brisa
sí, ella desesperada por la irrupción de su paso
entre los ojos del que escribe
y esa belleza formada...

Miro al libro, ya cerrado
que poco a poco va cayendo de tus manos
secándose los ojos por la sal marina salpicados
el olor a papel nuevo de tinta mojado
Tú, siguiendo ahí embobada
viendo mi mente obnubilada... 

Toni Oliver

Divagando por el parque

Divagando por el parque

Divagando por el parque
sin rumbo ni destino
mente en blanco en el horizonte 
calienta el sol, abajo, la suave brisa
moviendo unos columpios.

Atravesé la línea del tiempo
retrocediendo a cuando era niño
sin pensarlo dos veces me encuentro 
viajando por los espacios infinitos
del vaivén en pleno vuelo.

Cogiendo cada vez más impulso
del horizontal al vertical, repitiendo
una y otra vez con más fuerza
cierro de vez en cuando los ojos
viendo ese niño a lo loco.

A veces pienso escuchar
esa voz que chillaba.
¡Bájate, te vas a caer!
Mi mente la ignoraba
seguía en mi viaje ancestral.

Va perdiendo fuerza el vaivén
a la normalidad vuelve mi ritmo
el cardíaco, ya un tanto gastado
con la sonrisa de lado a lado
ojos brillantes, medio en blanco.

No, todavía no me bajo
necesito un tiempo
para recuperarme de este vuelo
la realidad bajo mis pies
tocarla de nuevo no quiero.

Agarrado a las cadenas
con las dos manos
con los ojos cerrados...
Una voz de niño rompiendo el silencio.
¿Abuelo, me dejas usar el columpio?

Toni Oliver