viernes, 27 de enero de 2023

Ahí estaban

Ahí estaban

Ahí estaban
dos cuerpos enamorados
ardían como fuego
entre caricias, besos
miradas, mudos diálogos
dos corazones latiendo
ambos al unísono
acelerados como bólidos
en una carrera sin frenos
podría decir caballos desbocados
también en celo
eso es lo de menos
importa más el fuego en sus labios
las brasas de sus dedos, sus manos
sin palabras, sus diálogos
el brillo de sus  rostros
no, ninguno era el mío
pero el espectáculo era bello
natural, sin tapujos
ellos, los cuerpos, en su cielo.

Toni Oliver

Allá, al final del túnel

Allá, al final del túnel

Allá al final del túnel
la luz poco a poco se apagaba
donde había esperanza
esa se difuminaba
hasta la oscuridad oscura.

El corazón todavía latía
renqueando, pero lo hacía
cerré los ojos, tanteaba
dentro del túnel otra salida
cambio de rumbo, de vida.

No, no se acababa la vida
lleno de baches, tropezones, ¡Arriba!
El ir más despacio fue una enseñanza
que de tanto correr a ningún lado se arriba
como mucho a la tumba con más prisa.

Apenas miraba a la lejanía
ni la vista atrás volvía
los pequeños detalles apreciaba
el destino no me preocupaba
sólo aquí, ahora, no busques más.

De algo me di cuenta
sin buscar una meta
avanzaba, avanzaba
la velocidad no importaba 
el donde ir no valía nada.

Sólo tenía importancia
el suelo que pisaba
las huellas de la naturaleza
sentirla latir como hermana
abrazarla como si no hubiera mañana.

Toni Oliver

Vi en tu mirada

Vi en tu mirada

Vi en tu mirada
bajo la luz de las velas
tus ojos brillaban
tras las paredes enrejadas.

Vi como transcendían 
no los miedos, sino la alegría
mientras tu corazón más fuerte latía
esa piel blanca más roja se volvía.

Hasta tu pelo tu cuerpo vestía
de considerada largura
se movía al son de la brisa
como las notas en una partitura.

No la del papel, eso es pintura
sino al sonar de la música
que de tus mudos labios salía
silente se transmitía.

Como ese aire que respiras
rompiendo el silencio que hería
mientras el corazón acompasa 
cura todas las heridas.

Toni Oliver

Cuando escribo

Cuando escribo

Cuando escribo
mi alma desnudo
sin armaduras, ni máscaras
indefenso ante el mundo.

Quizás quieras desnudos de otro tipo
sólo son apariencias vanas
mentiras entre fanfarrias
que con el tiempo van desapareciendo.

Yo desnudo mi esencia
algo que no admite tapujos
que sólo la llave de la confianza
abre tan reforzado candado.

Llave que cuesta encontrarse
en un mundo de desconfianza
donde quien más quien menos engaña
llevados por la inercia al precipicio.

¿Qué más desnudos puedes pedir?
Cuando te enseñan la esencia
la cualidad sin mentiras ni trampas
esos adentros que no cualquiera entra.

Toni Oliver

Me disocié en mil pedazos

Me disocié en mil pedazos

Me disocié en mil pedazos
que poco a poco se iban recomponiendo
cada uno en su lugar justo
con un inexplicable abrazo.

Mientras, volaba muy alto el cerebro
sin lugar ni espacio
encontrando nuevos mundos
donde hasta hace poco no había imaginado.

Quizás me esté volviendo loco
tal vez de mi destino enamorado 
ese que voy forjando despacio
viviendo en el cada paso.

Tras un tiempo infinito
de juegos malabares y algún trompazo
llegan las victorias al corazón
ese que desde hace tiempo abandonado.

Casual o causal, quién sabe, el mundo
te recompensa de lo que vas dando
cuando nada esperas ahí viene lanzado
lloviendo lo que has sembrado.

Toni Oliver