domingo, 12 de noviembre de 2017

Tus labios

Tus labios

Tus labios,
la sonrisa que de ellos sale,
con la mía se funde,
me enamoran hasta el alma
dejando ciegos mis ojos
para el resto del universo
sólo a ti te quieren mirar.

Mis labios los tuyos buscan
para fundirse en apasionados besos
donde no haya tiempo para el recuerdo
porque se disfruta de ese momento
en que juntos los cuerpos
sean un mismo universo.

Abrazan nuestros brazos nuestros cuerpos
apretando con la fuerza de un huracán
se clavan los dedos en  nuestras carnes
como queriendo arrancar la piel
para que no se separen.

Como la erupción de un volcán
sube la pasión por los cielos
tanto ardor, tanto fuego
imposible retener en nuestro cuerpo
cada vez mas ardiente
convirtiéndose en fuego eterno.

Toni Oliver

El camino

El camino

Siempre posponiendo para el nunca el viaje, muchas excusas, no puedo, me bajará el azúcar en la subida, es demasiada distancia para mis años y mis kilos, etc. Imposible lo consideraba, una meta muy elevada.

Hoy, sin pensar en nada, sólo capturar imágenes con la cámara, centrándome en el camino y sus pequeños detalles, subiendo despacito, sin querer llegar a ningún lado, solo disfrutando de cada paso, he ido subiendo y subiendo y... Curioso, cuando me he dado cuenta estaba arriba, en ese lugar que ya lo había dejado en el imposible, en el nunca voy a llegar, pero he llegado, sin cansancio, sin ansiedad, simplemente, caminando, sin más, disfrutando del camino, nada más.

Eso me confirma la gran teoría de que lo importante no es la meta, sino el camino, disfrutar sin pensar a donde vas a llegar.

Toni Oliver


Se paró el tren

Se paró el tren

Se paró el tren, le estaba esperando llevaba una hermosa rosa roja en la mano para regalársela, estaba deseosa de abrazarlo, inquieta, nerviosa, se acercó al vagón esperando que bajara, pero no aparecía.
Poco a poco el tren emprendió su marcha, nada entendía. Se enfureció, tiró la rosa al suelo, la pisoteó, maldiciendo el día en que le conoció.

Echando maldiciones entre dientes, aspavientos con las manos, se dispuso a abandonar el andén.
Sonó el teléfono, era él, no contestó. Siguió sus paso, un mensaje de él sonó. “¿Donde estás?Te espero en la salida, no te encuentro, no te veo”...


Toni Oliver