sábado, 22 de abril de 2023

Malditos libros

Malditos libros

Malditos libros, esos llenos de letras ordenadas que a los gobiernos tanto les fastidia que existan. No soportan que haya pensamiento independiente al que está mandado por orden del ordeno y mando.

No, no soportan que alguien pueda sembrar el veneno a las mentes que ellos de borrar se han encargado, dejándolas como simples grabadoras no pensantes...

Imaginan que la gente se pusiera a pensar, lejos del gran circo mediático existente en muchos campos y no precisamente los de fútbol, ni baloncesto, ni las canchas de boxeo, TV, radio, etc.

Imaginan que la gente pudiera hablar sin ideas preconcebidas de todo lo que está pasando y de la forma en que nos están engañando.

Imaginan que entre esos diálogos crearan un sistema nuevo de gobierno donde se quitara todos esos poderes de facto, esa gente que les sirve para vaciar las arcas de los estados, vaciar la cabeza de los ciudadanos, llenándola de odio y canciones de ideales inventados, lejos de los intereses de los mismos, sólo para unos pocos que se están aprovechando.

Imagina que en este sistema no quepan los corruptos y esos pocos que son los auténticos cánceres inyectados en el sistema, sí, son muy pocos, pero son capaces de manejarnos a todos a su antojo.

Todo esto y mucho más se puede evitar leyendo libros de diversos pensamientos, formas de pensar diferentes leídas desde un puesto imparcial para luego sacar las conclusiones pertinentes, lejos del engaño al que estamos sometidos. 

Y ya que estamos con esos libros, esos que llaman malditos, imaginan poder viajar sin moverse de casa con un libro en la mano, viviendo mil y una aventura en los sitios más insospechados, o esa historia de amor que tanto deseaste y que jamás pudiste conseguir, vivir las sensaciones del escritos, de sus personajes y darte cuenta de que tienen las mismas que tu en muchos momentos de tu vida, retrotrayéndote a tu pasado para que te puedas recrear de nuevo, con esos sentimientos que ya conoces, peor que ahora les han puesto palabras para poder descifrarlos. Vivir esas historias imposibles, pero hechas posibles a través de los libros, de sus letras, sus palabras, sus frases, sus textos.

Leamos antes de que nos dejen sin cerebro, con esa grabadora dentro del vacío espacio donde debía estar esa masa pensante, repitiendo constantemente lo que nos han programado. Leamos para que no loemos a nuestro ladrón de vida y ante el engaño podamos rebelarnos para conseguir un mundo mejor para todos, con la mente abierta tanto para que entre lo que sea menester y salga lo que a todos pueda ayudar...

Feliz día del libro y una rosa imaginaria, de esas muy perfumadas, del color deseado para todos. 
Por cierto, dejo las espinas de las rosas sin las cuales dejaría de ser una rosa completa, esas espinas nos recuerdan que hay que tratarlas con cuidado, mimo y amor, al igual que al resto de personas. No la odiemos por pincharnos, simplemente nos dice que la amemos y nos amemos.

Toni Oliver



Hablan los parlanchines

Hablan los parlanchines

Hablan los parlanchines
esos que nunca un palo han dado
los que nunca se han roto un hueso
salvo que sea esquiando
en una estación de lujo
y una habitación de tres mil pavos
que los viejos, ya cascados
tienen que jubilarse después de la defunción
pues cada día se la están retrasando
para que no llegue al júbilo de estar retirado.

Eso lo respaldan los banqueros adinerados
que hambre nunca han pasado
sólo su chulería han exhibido
critican al trabajador que la fortuna les ha dado
luego los va despidiendo
quince años por anticipado
mientras que el pobre trabajador
que sube todos los días al andamio
tiene que jubilarse pasados los setenta
si es que antes no se ha escacharrado.

Ni que decir, de esos oficinistas de alto rango
que pasan más tiempo merendando
que en la oficina sentados, no trabajando
apoyando esa jubilación con descaro
que a ellos no les duele la espalda ni otro lado
a sabiendas que se retirarán con un sueldazo.

Dicen que no hay dinero
pero el suyo ni tocarlo
sólo a los pobres desgraciados
que antes de los cincuenta van al paro
a una miseria ir cobrando
así se jode el cómputo
de su adorada y esperada jubilación
a la hora de cobrar el descalabro
toda la vida como un esclavo trabajando
y cuando se jubila no le llega ni para un bocado...

Y ya me callo que me van a salir todos los sapos
echando el corazón ya escacharrado
de tanto esperar ese júbilo
y poder seguir respirando...

Toni Oliver