lunes, 23 de abril de 2012

El velero



El velero

El viento sobre las blancas velas sopla
con el viento engordan las velas
piel tersa les están quedando
poco a poco el velero va navegando
y por la bahía asomando
cual tímido ratón explorando.

El sol bostezando está
pues de su descanso se está levantando
a los ojos les cuesta soportarlo
pero el calor sobre la piel se va posando
el sol en el horizonte
el sol levantándose está.

El centro de la bahía el velero ya está
con todas sus velas desplegadas
suaves blancas manchas se ven alejar
allá por el horizonte desaparecerán
no sin antes su belleza mostrar.

Esa belleza sin par
que el blanco luce sobre la mar
y que a lo lejos empieza a difuminar
que belleza sobre el mar.

Sólo el romper del casco sobre la mar
ese es el sonido del mar
el único que se ha de escuchar
el del barco navegar
que la fuerza del viento va a empujar.

Sigue velero mío
con tus velas bien hinchadas
con tu fuerza sin par
que los muchos metros de vela te han de dar
los palos aguantar
y tu a navegar rompiendo el mar.

El sol sobre los palos ya está
solo el romper de la proa sobre el mar
sólo ese ruido se ha de escuchar
y así mejor contemplar
ese bello azul de este mar.

Los delfines a tu encuentro vienen
en tus amures se ven saltar
los delfines te quieren acompañar
tu, con tu blanca belleza
les has de enamorar
un amor son par
millas y millas contigo han de navegar.

Toni Oliver




domingo, 22 de abril de 2012

El autobús


El autobús

Los alumnos de la Escuela de Armas Antisubmarinas salen de sus aulas cargados con los libros, blogs y material para escribir, si dirigen, sin formación alguna, por la senda de los Elefantes hacia la base.

En el puerto entrando está un buque dragaminas, se dispone a atracar en el puerto, se ve movimiento, los marineros se apresuran a esperarlo y así poder recibir sus amarras y colocarlas en los estays para que se pueda realizar la maniobra de atraque a la perfección, con todo cuidado y sin peligro para las instalaciones ni para el buque. Sobre la cubierta, tanto en el castillo de proa como en toldilla varios marineros colocan las estachas en los cabrestantes para así tensarlas y acercar poco a poco el buque al muelle, cada vez las estachas más tensas están, el agua cae de ellas, la tensión provoca que el agua que del mar han recogido se vaya eliminando y al mar vuelva a caer.

La maniobra se realiza sin ningún problema y el dragaminas atracado queda, se baja el portalón y baja la tripulación a puerto comprobando todos los amarres con tierra y la tensión de las estachas pertinentes, pues tampoco demasiado tensas pueden estar si se las quiere de roturas preservar.

Por el otro lado del muelle, otros marinos corriendo de un lado al otro del puerto para estar en perfecta forma física, son los aspirantes a buceadores de combate, personas que son capaces de salir de debajo del mar y trepar por las amuras de cualquier buque y subir a bordo sin ser descubiertos.
Gente muy bien preparada y siempre en el anonimato, pero gente que lo va a dar todo cuando sea necesario, no solo es personal de la Armada, lo hay de todos los cuerpos de Seguridad del Estado y la preparación es muy dura. No todo el mundo vale para ello, esta gente tiene que estar muy bien preparada tanto física como mentalmente.

A lo lejos un autobús gris con matricula de la Armada se va acercando a la base, despacio, sin prisas, llega a la base y da la vuelta y se para.

Los alumnos que lo estaban esperando se suben a el para que los lleve a la residencia, es casi la hora del almuerzo y los estómagos ya empiezan a ronroear como si gatos dentro de ellos hubiera.

Ya no hay asientos libres, el resto de alumnos se quedan de pie por los pasillos aguantándose como pueden para no ir dando bandazos de un lado hacia el otro. El conductor cierra las puertas, arranca el motor y el autobús empieza a rodar, a rodar por la turtuosa carretera que sube la montaña, una montaña llena de polvorines disimulados en medio de la vegetación natural del bosque, poco a poco vamos ganado terreno a la montaña, curva tras curva, por un lado la parte por donde sube la montaña, por otro el vacío hacia el precipicio, precipicio que en sus laderas soporta los cables de alta tensión que suministran la energía a la base, pasan justo por debajo pero por la parte de afuera del firme de la calzada, entre los pinos colgantes que de dicha ladera van colgados.

Sigue el vehículo su ascensión hacia la residencia, un coche blanco en una curve se ve venir y de pronto un silencio atroz, todos los viajeros con la sangre completamente congelada, todos aguantando la respiración y mirando a la parte interior del a carretera, un coche blanco completamente destrozado.

En el autobús casi 80 personas siguen sin respirar, mirando a un lado el precipicio con los cables de alta tensión y el autobús que balanceaba sobre el borde de la carretera, luchando porno caer al precipicio al primer movimiento en falso de cualquiera de los que a bordo se encontraban. Casi sin respirar y guiados por el conductor, blanco como una pared encalada estaba, pero que supo mantener la calma y hacer que todos la mantuviésemos nos hizo salir a la carretera por su puerta, uno a uno y despacio, sorteando y controlando el peso para que no se despeñara el vehículo, después de unos muy tensos minutos logramos salir sanos y salvos dejando a su merced al autobús, que no llegó a caer, pero muy poco faltó.

Fuera el panorama era desolador, reconocimos el coche, era un Seat 600, por la matrícula lo identificamos, era el coche de unos compañeros nuestros, pero algo no cuadraba, no encajaba, el coche no era descapotable, pero no tenía techo y este no estaba por ningún lado, de momento lo olvidamos, seguimos por la carretera para encontrar a sus ocupantes, el primero seguía en el coche agarrado al volante y sentado en su silla, como si no le hubiera pasado nada, pero no respiraba ni se movía, seguimos buscando a más pasajeros y el siguiente estaba tendido en el suelo, pero con algo que le salía del vientre, todas las tripas habían reventado y ahí estaba desangrado, levantamos la vista y al otro lado de la carretera una persona sentada en otro asiento mirando la pared de roca que formaba la montaña, seguía sentado, pero todo el rostro destrozado, el suelo lleno de sangre. Había dado contra el muro y había rebotado quedando sentado en el mismo asiento que iba, pero todavía respiraba, al poco tiempo llegó un coche oficial que también se dirigía a la residencia y vio todo el desastre montado, mando al chófer, los teléfonos móviles todavía no estaban en uso, a la base a pedir ayuda, un tiempo no especificado más tarde llegó la ambulancia y se llevo al herido al hospital. Los demás salieron con la funeraria y nosotros seguimos hacia la residencia andando, con la moral por los suelos, pero con algo bueno, 80 personas nos habíamos salvado del desastre gracias a la pericia del conductor que supo controlar el autobús hasta el último segundo sin que se saliera de la calzada, aduras penas, pero lo consiguió.

El conductor también fuñe ingresado en el hospital recibiendo tratamiento psiquiátrico por más de un año y le costó caso año y medio volver a coger un autobús.

El pasajero del coche que quedó vivo, estuvo en coma casi tres años hasta que falleció.

Día trágico en la Escuela de Armas Submarinas EAS Bustamente.

A mi, cada día que pasaba por el lugar me venía a la mente la viva imagen que grabada me quedó de la silla con el cuerpo dentro y destrozado por el golpe, eso día tras día, hasta que la Escuela abandoné.

Por cierto, la parte de arriba del coche quedo soldada al autobús, por ello no la encontrábamos.

El café


El café

El café humeante en la taza
sobre la mesa reposa
su perfume toda la estancia llena
el olfato agradece su presencia
ahí en la taza su presencia
negro como el carbón asoma
ligera acaramelada espuma lo adorna.

Ayudada por la mano se levanta la taza
que a la boca acerca el vaporoso perfume 
por la nariz entra vaporoso
los sentidos estremece.

En la boca entra
por las papilas gustativas se esparce
un agradable sabor amargo
sabor que agradable se hace.

En el cuerpo entra
el cuerpo despierta
todo reacciona.

Sobre la mesa la taza se coloca
el sorbo en la boca se saborea
otro sorbo en la taza espera.

Toni Oliver


viernes, 20 de abril de 2012

El submarino se retuerce como la ropa al secarle el agua con las dos manos.





El submarino se retuerce como la ropa al secarle el agua con las dos manos.

El Capitán pide la comprobación de que todos los puestos están cubiertos, comprobación de que todos los tripulantes están a bordo...

El día nublado ha amanecido, amenaza tormenta, viento frío del norte, un viento que cala los huesos solo por el mero hecho de que se acerce a tu piel, todos el personal de cubierta enfundados en sus abrigos, abrigos que el frío no dejan pasar, más siempre algo de piel hay que mostrar y esta se ha de congelar...

Baja el oficial de guardia, con una agenda debajo del brazo, por la pasarela y entrega la agenda al oficial de guardia de la base, un gesto ritual, pues esta agenda se llama el "Libro de los Muertos". Una agenda donde todos los nombres de la trupulación están escritos. Os preguntaréis el porqué de este nombre tan dramático, es muy simple, se sabe que la nave sale, pero nunca se sabe si entra y como es un ataud flotante que mejor que poner el nombre de los que allí están por si acaso se tiene que usar.

Sube el oficial y manda subir el portalón a bordo cosa que raudo y velos se hace procurando trincarlo en si sitio para que no se pierda en la navegación.

Poco a poco se empieza la maniobra de desatraque y en poco tiempo saliendo por la bocana del puerto, el puerto de Cartagena, estamos rumbo a no se sabe que sitio, simplemente se sale, las órdenes vienen más tarde, más a la marinería poco importa, simplemente, salimos a navegar.

Al pco tiempo suena la alarma de inmersión, una alarma con un tono grave que hace saltar todos los resortes de la tripulación y poner en marcha todos los sentidos, cada uno en su destino, ocupado con sus quehaceres ya asignados. No se admiten errores por parte de nadie, da igual que los cometa el último marinero o el Comandante, la consecuencia es la misma, todos en peligro.

Varios días llevamos en inmersión, patrullando por las aguas del Mediterráneo, escuchando los ruidos de los moteres de los barcos que en superficie navegan, subiendo de vez en cuando a cota periscópica para observar la superficie, hacer las comunicaciones pertienentes y cargar las baterías. Para arrancar los motores diésel vacían el aire de dentro de la nave, haciendo el vacío y con la sensación de que las tripas nos van a salir por los oídos, es como si nuestro interior fuera a abandonarnos por nustros poros y largarse con el aire que a los motores va a parar, pero es la ´´unica forma de que se pueda renovar el aire viciado del interior, aire pestilente con una fuerte olor a humanidad mezclada con sudor, grasas y otros perfumes no demasiado agradables que los que adentro vivimos ya no nos enteramos, sólo olemos cuando un tiempo fuera llevamos.

Casi una semana sumergidos llevamos, sin saber como es la luz del sol ni el fresco de la noche, el personal de abordo ya se ha leído todas las novelas, revistas, libros, todo loq ue sea factible de leer que a borde se encuentre, hasa las novelas de Marcial lafuente Estefanía son muy preciadas y apetecibles, conque lectura sea bienvenida le damos.

Ya a la semana y media de navegación empezamos las maniobras que previstas estaban, destructores y fragatas a la vista, más bien dicho, al oído, es hora de hacer inmersión a cota profunda para no ser detectados, timones proa y popa enposición de bajada, ángulo de bajada 25º, un rechinar de hierros se empieza a escuchar, crec crec crec, así un buen rato, todos con la mirada hacia arriba, el submarno no para de bajar, la cota sobrepasa los 320 metros de profundidad, se sigue escuchando cada más feurte el rechimar de los hierros, cada vez más seguidos, todo el mundo en supuesto, nadie pierde la calma, ni una palabra en la boca de nadie, el submarino no para de bajar.....

En la cámara de control eléctrico, un hueco entre los torpedos popa y la sala de máquinas popa, un síto con una consola llena de palancas y un Cabo en esta consola, ya sin esperar orden alguna coge las dos palancas, una en cada mano y las atrae hacea el acon toda celeridad, a sabiendas que es lo que tiene que ahcer según el protocolo estipulado para estas ocasiones, los motores invierten su marcha y empiezan a dar propulsión inversa a la nave recuperando su horizontabilidad, momento en que la tripulación un respiro se toma, pero el peligro no hapasado todavía, hay que subir a la superficie y los timones horizontales no responden, enseguda se oye la orden de solplar tanques para soltar lastre y poder subir a superficie sin la ayuda de los horizontales timones, poco a poco el submarino va subiendo hasta llegar a cota periscópica para comprobar que no haypeligro en la superficie y poder subir a superficie para bien arreglar los timones o llegar a puerto para su posterior arreglo.

Peligro pasado, todos blancos como la leche, las piernas flaquean, pero satisfechos de poder haber salido a superficie sin más problemas. Esta vez no ha hecho falta dar al libro de los muertos el uso apropiado a su nombre.

Meses después el S32 entro en dique seco flotante y se comprobó que la alineación de la proa con la popa se habías deformado más de 40 cm,es decir, se había retorcido como se retuerce la ropa para quitarle el agua. Decir quelas cuadernas tenían más d e 30 cm de acero y la chapa exterior más de 25 mm.

lunes, 16 de abril de 2012

Poemario atípico, apoemario


Poemario atípico, apoemario

Esta es la vista previa de mi libro de prosa


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jueves, 12 de abril de 2012

Dueto Encarna Toni


Ella

Subiré a la cumbre de la nada
Sembraré mis palabras 
en la tierra del silencio.
Esparciré mis días
sobre campos de los
sueños muertos.
Escarbaré con mis manos
socavones de quimeras.
Y al final...
habitaré en el fondo de un poema.

El

 Desde lo más profundo de la tierra
donde las quimeras escondidas están
Donde el poema reposado ha
donde germinando sus brazos extiende
brazos que camino hacia el sol hacen
bazos que a todo el mundo su belleza
la belleza del poema han de enseñar
a la luz del sol para que la gente lea
y que el viento a las mentes siembre
el mundo maravilloso recorre
a todo el mundo conoce
Bello poema germinado ha.

Ella

 Necesito pensar que pienso
sentir que vuelan mis pensamientos
más allá de las nubes,
libres como el viento.
Necesito pensar que existo
sentir la vida en cualquier momento.
Reír cuando nace el amor.
Llorar cuando muere el tiempo.

El

 Necesitas pensar, que cosa
ni pienses que sientes, siente
déjate por la mente llevar
llevar más allá del las nubes
vuela hacia ningún lugar
así el a todo el universo llegarás
más si un lugar te has de marcar
el resto has de limitar
vuela, vuela, vuela
la mente no ha de parar
siempre ha de volar.

Ella

Volverá mi canto cuando cese el viento
y el temido huracán se vestirá de calma.
Volverá la sonrisa a lucir en mi boca
iluminando la porción de tierra donde muere una flor.
se ceñirán mis palabras en torno a las musas
y volarán como un gorrión
para anidar sobre un pergamino
la ilusiones, los sueños y los silencios rotos.
Volverá mi canto cuando cese el viento.

El

El dulce trinar del jilguero
cuando la primavera ya duerma
Ese trinar volverá a sonar
sonará como la mejor música
la música celestial
música que el mundo invadirá
los corazones abrirá
la maldad desaparecerá
todos volveremos a brillar.


Ella


Vuela paloma, vuela.
Vuela donde no hay luz
porque el amor no llega.
Donde sólo hay tristeza
dolor y miseria.
Vuela paloma, vuela
lleva contigo paz, amor, luz de primavera.
No dejes de volar paloma, vuela
que unos ojos grandes y tristes
no comprende su vida
y mirando al cielo
a ti te esperan.

El

Libre la paloma vuela
repartiendo paz
paz que alguien en sus vuelos
en sus vuelos le ha de quitar
sólo por libre volar
y no quererse atar
a la vanidad de los demás
Libre la paloma vuela...

domingo, 1 de abril de 2012

Mano marcada sobre el corazón



Corazón con tu huella marcado
por la mano sobre mi pecho
esa mano que siempre me ha acariciado
esa mano que en él siempre ha quedado
esa mano que jamás he olvidado
esa mano que siempre ahí está
Ahí está cuando le he necesitado.