lunes, 2 de febrero de 2015

La alambrada

La alambrada

Cada mañana
con tus rizos bien peinados
tu osito en la mano
apoyada en la alambrada
de pinchos decorada
mirando como la vida surge
al otro lado.

Descalza
con harapientas vestimentas
el osito deshilachado
por los pinchos del alambre
del que ya no sientes los pinchazos.

Venires y devenires
gente contenta o cabreada
corriendo por todos lados
menos en tu lado de la alambrada.

Triste y solitaria
la mente perdida al horizonte
tu osito amigo
confidente de tus pensamientos
sintiendo tus sentires
más allá de los tiempos.

De tus brazos y manos
brota la sangre
por los pinchos clavados
de esa alambrada
que te mantiene a salvo.

A salvo de lo bueno
a salvo de lo malo
a salvo de la vida misma
tu cuerpo ahí atrapado.

Mas tu mente vuela
por infinitos lares
lares muy muy lejanos
donde los que en la reja te mantienen
en su vida habrán viajado.

Toni Oliver