miércoles, 19 de enero de 2022

Señores políticos

Señores políticos

Señores políticos
dialoguen, no sean patéticos
el diálogo es de a dos mínimo
unos escuchan y otro va hablando.

Curiosamente absurdo
uno va hablando
de los otros ni uno escuchando
en buen español, diálogo de besugos.

A varias bandas, los monólogos
mirando de lado a lado
vitaminas para sus egos buscando
al acabar el aplauso.

Lo más curioso, sí, curioso
nada ha dicho que haya interesado
los más fino son improperios
lo de colaboración hay que olvidarlo.

Poco les importa el pueblo
pero sí y mucho el circo
vendedores de falso crece pelo
trajeados al infinito.

En el pueblo los coros
los de uno y otro bando
haciendo la ola al ridículo
al tiempo que coreando.

Día tras día con sus bártulos
de mentiras y engaños
se olvidan cargar el cerebro
también de quien les va pagando.

¡Ahhhh, claro!
Unos sobres se van pasando
instrucciones van recibiendo
por los altavoces las van pregonando...

El pueblo los sigue votando
sin consciencia ni cerebro
sólo a la voz de su amo
los vitorean en la plaza del pueblo.

Toni Oliver

Sí, a ti

Sí, a ti

Sí, a ti, que nada tienes que ver
con esa sangre que corre por mis venas
pero si ese alguien que me pudo comprender
entre los males de esta salvaje selva.

Sí, a ti, la única persona
a la cual podía abrirle la boca
contarle mis penas y mis glorias
apoyándome en cualquier vereda.

Sí, a ti, que como ogro te tenían
yo, pequeño renacuajo rebelde
incomprendido desde que aterricé en esta tierra
sólo te miraba, me mirabas, diálogo silente.

Sí, a ti, que siempre tenías la mano abierta
para levantarme del suelo si caía
simplemente regalarme esa sonrisa
o cogerme la oreja para enseñarme lo que había.

Sí, a ti, por tu paciencia
en un mundo donde brillaba por su ausencia
me mostrabas tu sabiduría
intentando que yo la heredara.

Sí, a ti, en esta vida misteriosa
cogidos de la mano por los caminos
donde todo era experiencia
tus historias, para mi ciertas.

Sí, a ti, que un día nos dejaste
cuando yo, todavía niño
recién liberado en la selva
saltaban mis lágrimas.

Sí, a ti, lágrimas de esas ciertas
cuando no quieres soltarlas
y salen como fuentes eternas
a sabiendas de que te quedas sólo en esta tierra.

Da igual con la gente que quedes
nadie te entiende, nadie te aprecia
ser solitario entre el gentío
que va sin rumbo a donde el río lleva.

Toni Oliver