domingo, 23 de agosto de 2020

Y de repente

Y de repente

Y de repente
me encontré navegando
en una botella de cristal
tapón de corcho en lo alto
transparente por todos lados
dando fuertes bandazos
al ritmo de las olas
empujadas por los vientos
de uno y otro lado.

Buscando salida a tanto vaivén
sin sentido, no sabía como había entrado
un cuello estrecho por el que nunca he entrado.
¿Que hago yo aquí dentro?
Pienso y pienso, nada voy recordando
bueno, sí, algo, una carta al mar
que tiempo ha había mandado
sin respuesta a pesar de los muchos años
sueños de antaño de historias leídas
de navegantes y náufragos.

Que habrá de cierto en esos libros de relatos
que vives intensamente a ratos
olvidándote del mundo mundano
sintiéndote por momentos liberado
en un viaje jamás imaginado
una historia de amor que has llorado
aquellas batallas que has librado
palabra a palabra, página a página
viviendo en sangre propia
todo lo ahí relatado.

En mi la angustia
sigo dando bandazos
viendo el agua del océano
o... Era algún río bajando en los rápidos.
Un golpe, cristales en doquier
me siento liberado
en un ignoto lago
en medio de ningún lado
en mi cuerpo la calma
aunque esté todo mojado.

Toni Oliver

Humano, soy la tierra

Humano, soy la tierra

Humano, soy la tierra
sí, ese planeta que desprecias
en pos de una ganancias
impropias, avariciosas
sin importante el resto de las cosas
ni animales, plantas
ni otras cosas para tu desgracia.

Te lo digo en pocas palabras
hagas lo que hagas
seguiré aportando vida
aunque te empeñes en destrozarla
antes desaparecerás de este planeta
convirtiéndote en abono para las plantas
comida para las cucarachas
a simplemente de las ratas.

Te pido que intentes pensar
en todos, no en ti nada más
a mi, la tierra, lo mismo me da
si no estás tu todo descansará
las aguas se recuperarán
el cielo más azul se verá
las aguas cristalinas
por los ríos bajarán
hasta llegar al azul mar.

Toni Oliver

En mitad del camino

En mitad del camino

En mitad del camino
rumbo a parte alguna
agotado por el nulo avance
destrozado por el pesado lastre.

Me senté un rato, sin fuerzas
vi un ligero rastro tras mis pasos
que el viento iba borrando
como si no hubiera pasado.

Miré mis pies y manos
hasta el collar del cuello
granes y pesadas cadenas
hechas del mejor acero.

Miré mi cuerpo desnudo
no llevaba ni un tapujo
desnudo como animal salvaje
guiado por el látigo castigador.

Entró la noche
la luz de la luna llena
iluminando mi rostro
llegando a mi interior.

Gran sorpresa
en mi mente un basurero
se iba llenando día a día
de lo aprendido y recuerdos.

Todo inútil, de nada me servía
sólo limitaba mis pasos
mi mente aniquilada, no pensaba
sólo escoria almacenaba.

Decidí hacer limpieza
vaciar de mi esa bazofia
desinfectar mi cabeza
mirar al cielo, su belleza.

Respirando hondo
sonrisa en los labios
me sonreían los astros
la luna me besaba.

Noté mi cuerpo liviano
flotaba, flotaba, nada pesaba
miré mi cuerpo
cadenas ya no llevaba.

Libre el camino
sin polvo ni rastro
el sol calentaba
la brisa me refrescaba.

Vi el horizonte más cercano
mi mente pensaba
libre de lastres
no oscuras ideas inculcadas.

Me sentí como el pájaro
volando, no temiendo a nada
sólo yo y mi nueva vida
libre sin rutas marcadas.

Toni Oliver