Dicen que la primavera la sangre altera
Dicen que la primavera la sangre altera
al son del viento que arde y congela
del infierno al cielo, del frío a las llamas
de la pasión al descontrol del alma
de los sentimientos candentes a la sin lógica.
Esa sangre que bulle
los impulsos de la pasión descontrolada
como el agua que cae de la gran cascada
que sólo se calma al acabar su batalla
caída luchando contra la gravedad.
Luego, la engañosa calma
la del lago cuya agua busca otra cascada
sangre joven que bulle en esa gran caldera
donde la pasión puede a la razón que la lógica no alcanza
en ese aprendizaje a la sin fin carrera.
Sin olvidarnos de esa fiera
que revienta como un volcán
esparciendo sin control la lava
sin importar que invada la selva
disyuntiva entre la sabiduría y la inocencia.
Toni Oliver