jueves, 16 de diciembre de 2021

Bebí el zumo

Bebí el zumo

Bebí el zumo de la fruta prohibida
me sentí enorme, grande
pero cada vez que respiraba menguaba
tan poca cosa me sentía
que te veía inmensa
mis ojos a verte entera no alcanzaban
sentía mi corazón, palpitaba
incesante, mientras de ti me enamoraba
te convertiste en montes, valles, montañas
cuevas prohibidas entre la selva asalvajada
me adentré en ese mundo oscuro
su perfume te recordaba
terreno acogedor e inhóspito al tiempo
explorador en tierra ignota
como en un sueño ahí estaba
manejando tu mente desde la zonas más recónditas
sintiendo el placer que experimentabas
hasta desaparecer entre las sábanas al alba 
de mi sólo quedaba la nada.

Toni Oliver

¿Quién no recuerda...?

¿Quién no recuerda...?

¿Quién no recuerda...?
Ese delantal, el de la abuela
ese milagroso bolsillo
donde de todo aparecía
un bocadillo, un botón, una aguja
se secaba en él las manos, como una toalla
pero lo más bello era
cuando sobre él te sentabas
con tu cabeza en su regazo
donde del mundo desconectabas
esas armónicas palabras
esas caricias que seguridad te daban
esa comprensión que te faltaba
lo que en casa no hallabas.

Era como el mundo de la anarquía
muchas cosas te toleraban
y otras, las más
las hacías, ni rechistabas
era la abuela quien las  mandaba.

Me recuerda a veces
a esa gallina clueca
con todos los pollitos bajo sus alas
ese refugio antiaéreo, antimisiles
anti todo lo que se meneaba
que esa gran calma te daba.

En los momentos álgidos
donde el estrés te devora
te devuelves a tu infancia
anhelando aquellos recuerdos
donde la paz reinada
aunque de vez en cuando la bronca llegaba
pero eso poco importaba.

Toni Oliver

Afuera la escarcha

Afuera la escarcha

Afuera la escarcha
en las manos un café que calienta
esa carita de niña buena
morretes pícaros, complicidad
esos ojos, marrones como la tierra
pelo alborotado al alba.

Se inunda la estancia
del perfume del café, su esencia
tu corazón latente, melodía
tu sonrisa alegra el día
el vivir con esas ganas
todo energía.

Vuelo a ras de suelo, tu presencia
regia, magna
como en la playa un granito de arena
mirándote, gran estrella 
del universo, la inmensidad
mi corazón late con esa simple mirada.

En mi cerebro, mil y una ideas
al mismo tiempo, nada
sólo disfrutar de esa mirada
al levantar la cabeza
ahí encontrarla
hipnotizante, atrapa.

Que veo un cuerpo pensarán
razón no les falta
pero lo que veo es algo más grande, un alma
un ser libre atrapado en una reja
a punto de atravesarla
empequeñece su cuerpo, atraviesa.

Los barrotes se desvanecen ahora
como se desparrama el agua 
por el suelo corre y salta
con el aire vuela
esa libre alma
como el vapor entre la misma niebla.

Toni Oliver