Paz, esa palabra maldita
Qué llegue la cordura
a este mundo perverso
de sangre sediento.
Los que las guerras promueven
que perezcan bajo su propia avaricia
su ambición de poder
y el nulo amor al resto de la humanidad.
Qué nazca el amor
ahora con el parto retrasado
por la impertinencia de ese afán
de mantener el mundo controlado
llamando libertad a la esclavitud
felicidad a comprar y tener
inútiles cosas que para eso no sirven
esclavos ya al nacer
llenando de ignorancia al “aprender”
desterrando el saber
limpiando y programando los cerebros
para así mejor obedecer.
Qué nazca el amor
desterrando el odio
esa absurda ambición de poder
esa avaricia, ese vivir del sudor de los demás
sin aportar nada a cambio
más que el miedo o el látigo
miseria, hambre, sumisión...
¡Qué nazca el amor, sin más!
Toni Oliver
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