viernes, 17 de febrero de 2023

¡Vaya burrería llevas hoy!

¡Vaya burrería que llevas hoy!

Me imaginé pastando como los burros por los prados verdes, revolcándome sobre la hierba para aprovecharme del frescor y olor que suelta ésta cuando se aplasta o corta.

Me imaginé jugando con mis compañeros de burradas a cualquier bestialidad que se nos ocurra, en plan salvaje, animal, como se hacía antaño, esos días en que llegabas lleno de barro, ropa rota, etc. Sabías que un proyectil, también salvaje, llamado zapatilla iba a aparecer tras algunas  amenazas de tu madre, o alguna señora que venía a coser que le dieron el biberón de leche agria, por que leche normal no era, la mala ostia y amargura que llevaba a veces quedaba marcada en el trasero, bueno, si te pillaba más cerca en todo el rostro, marca, que porque no decirlo, se quedaba ahí bastante tiempo, pero la que más dolía era esa que quedaba grabada a fuego, muy adentro, no sé si alma, corazón o lo que se le quiera llamar, sólo con verla, aunque pasaran los años te volvía a doler.

Me imaginé, cuando venía el que decía que era nuestro dueño, empezar a correr hasta reventarlo y cuando ya estuviese por los suelos con falta de aire ir a verlo para reírnos un rato, con esa rara risa y algún rebuzno, para cuando volviera a intentar levantarse empezar a correr de nuevo, saltar la valla de la finca, mirar del otro lado con la sonrisa sádica, cuando él también la salte, morderle los brazos para agarrarlo, sin lastimarlo, llevarlo de paseo, no por donde él quiere, sino por donde nos de la gana... ¡Joder, cuantas burradas! Es lo que hacemos los burros.

Toni Oliver

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