lunes, 24 de octubre de 2022

Hilvanaba el poeta

Hilvanaba el poeta

Hilvanaba el poeta
piedrecitas de mil tamaños
con su pluma las sacaba del tintero
las teñía de asfalto.

Podría haber hecho rosarios
de moda ya han pasado
pensó en hacer caminos
como hacían tiempo ha los romanos.

Negro veía el futuro
cuanto más trabajaba más lejano
en el horizonte lo oscuro
el pan con su sudor iba ganando.

A la hora de la merienda, ya perfumado
de eso olor a asfalto tan típico
humeante, ligera niebla sobre el opaco
bajo su asiento, el infierno.

Esas calderas hirviendo
con ese mejunje espeso
mantequilla no es, no
son del petróleo sus desechos.

En la mesa el tintero
el secante en una mano
la pisonadora empujando
renació el niño de antaño.

Cual cochecito avanzado
de esos de cuerda como el reloj
que se cascaban al segundo intento
lo llevabas al herrero, te miraba extraño...

Toni Oliver

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