Miré el lienzo en blanco
Miré el lienzo en blanco
la pinté pincel en mano
llegué con los detalles a tal punto
que de él salieron los brazos
me atraparon, me abrazaron.
Escuchaba su aliento
no, no era ya un retrato
estaba viviendo ese momento mágico
hasta su perfume estaba oliendo
los latidos de su corazón.
Esos y los míos
latiendo con desesperación
nuestras miradas se iban cruzando
de sus labios una voz...
¡Termina de pintar mi cuerpo!
El pincel estaba temblando
si mano la mía iba guiando
con una me acariciaba el pelo
con la otra seguía el trazo
hasta terminar con el cuerpo.
Sin soltarme, salió del lienzo
ahí estaba, los lienzos en blanco
ella en mis manos
ambos abrazados
los labios callados, pegados.
Pegados los unos a los otros
como si no hubiera más momentos
que ese donde la magia puso su encanto
como salida de un cuento
que salió sin buscarlo...
Toni Oliver
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