Me enamoré de una estatua
Me enamoré de una estatua
parecía ardiente como las llamas
de vida, a lo lejos, rezumaba
cuando conseguí la cercanía
un blanco pálido brillaba
en mi piel, frío, tiritaba
simple hielo la formaba
cuanto más la acariciaba
de mi vista desaparecía
sólo el agua en el suelo quedaba
una simple ilusión, se diluía
todo quedó en nada.
Toni Oliver
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