viernes, 4 de diciembre de 2020

Ahí estabas

Ahí estabas

Ahí estabas
fresca, emanando alegría 
con tu pelo dorado
por el sol de la mañana iluminado
saltando como si no hubiera mañana
sobre la fina arena de la playa.

Mi corazón, medio cascado
sentía como revivía de su pasado
volviendo a bombear como cuando era nuevo
renaciendo en el un nuevo sentimiento 
se había enamorado, no estaba acostumbrado.

El cerebro, racional
pensando y divagando
diciéndote de ella no te has enamorado 
sino de su juventud y su alegría
su frescura frente a tu rancia vida.

El corazón ni puñetero caso
a ese cerebro atontado
poniendo pegas en todos lados
en cada paso que avanzas te pone obstáculos
como si no bastara el poder seguir andando.

Pero tu ahí estabas
seguía el sol tras tu sonrisa dorada
hasta de oro se vistieron las aguas
sus gotas como diamantes 
engarzados en tu piel rosada.

Y yo embobado
con mi cuerpo ya gastado
con tu presencia disfrutando
de la playa, el mar y ese sol dorado
que calienta mi piel en el invierno ya entrado.

Toni Oliver

No hay comentarios:

Publicar un comentario